Las bandas ultraviolentas brasileñas se expanden a la Guayana Francesa
Las bandas criminales ultraviolentas brasileñas expanden rápidamente su actividad en la Guayana Francesa, reclutando miembros entre jóvenes de los tugurios y en las cárceles.
"Le dijeron que matara a un tipo y sin saber quién era, se le acercó con una escopeta y lo mató como a un perro, en una hamaca", relata el fiscal de Cayena, la capital de este departamento francés de ultramar, al trazar el perfil de un joven detenido.
El muchacho había nacido en un campamento de buscadores ilegales de oro. Su madre se prostituía y "a los 20 años, era un asesino", señala el fiscal, Joel Sollier.
Los gendarmes franceses realizan una ronda, una noche de octubre, en uno de esos tugurios, conocido como Buraco (agujero, en portugués), formado por barracas de chapa erguidas sobre pilotes en un suburbio de Cayena.
El lugar es una de las bases logísticas de los mineros ilegales que buscan oro en la selva amazónica.
Las volutas azuladas de la resina de cannabis se desprenden de un grupo de jóvenes que escuchan música brasileña echados en el sofá de una cabaña con vistas a las aguas servidas de la 'favela'.
Los gendarmes, de la localidad de Matoury, realizan esa patrulla a diario y suelen cruzarse con mujeres que preparan el aprovisionamiento de los campamentos de mineros ilegales, con hombres enfermos después de semanas de trabajo en la selva y con miembros de bandas que vienen al lugar para hacerse olvidar por un tiempo.
Según las autoridades, las dos bandas predominantes son el Comando Vermelho (CV), una de las principales mafias de Brasil, y la Familia Terror do Amapá (FTA), el estado brasileño separado de la Guayana Francesa por el río Oyapoque.
- Toma de control -
Macapá, la capital de Amapá, ostenta la mayor tasa de homicidios de Brasil: 63,2 por 100.000 habitantes, frente a 22,3 en el conjunto del país, 16,7 en la Guayana y 1,3 en Francia.
El CV y la FTA están implicados en todo tipo de actividades; robos, tráfico de armas y de drogas, sin olvidar la búsqueda ilegal de oro, que les sirvió para adentrarse en el territorio francés a partir de 2017.
"Penetran en el territorio francés. Echan a los mineros clandestinos, que no tienen ningún vínculo con el crimen organizado, y toman el control de la zona, explotando los lugares para financiar a sus organizaciones" explica el fiscal del departamento de Justicia de Amapá, Hélio Furtado.
La FTA se ganó una terrible reputación debido a sus métodos ultraviolentos, incluso entre sus miembros.
"Lo más peligroso es que esas bandas tienen un control total sobre sus integrantes. No dudan en amenazar a sus familiares. Ingresar en una banda es fácil, salir es casi imposible", resume una fuente judicial francesa.
Esos grupos "son una amenaza para la Guayana Francesa. Están fuera de la ley, nada las detiene", subraya por su parte el comisario Bruno Almeida, de la Policía Civil de Amapá.
Los integrantes de las facciones brasileñas impusieron sus métodos en la criminalidad guayanesa.
"Sus principales intereses son el oro, el dinero y las armas. Se apoderaron del control de las bandas [locales]. Hemos visto una serie de robos violentos de domicilios, con personas maniatadas", cuenta una fuente cercana a estos expedientes.
"Son casi como kamikazes. No tienen límites", expone el fiscal Sollier. "Son capaces de matar a alguien por un sí o por un no", agrega.
- Gran redada -
En 2022 se contaron unos cincuenta homicidios en Guayana.
"Buena parte de ellos es atribuible a esas facciones criminales", afirma el magistrado, que no duda en hablar de "ejecuciones".
La abogada de Cayena Saphia Benhamida habla también de "ajustes de cuentas a plena luz del día".
Las autoridades francesas han tomado consciencia del alcance de la amenaza. En septiembre, el gobierno anunció el envío de refuerzos especializados -gendarmes y magistrados- tras una serie de homicidios ocurridos durante el verano.
A comienzos de febrero, y tras más de un año de pesquisas, una amplia operación en la que se movilizaron 200 gendarmes permitió detener a 14 personas supuestamente implicadas en una organización criminal franco-brasileña, sospechosa de haber preparado robos a mano armada.
Su pertenencia no suscita dudas. En las paredes y los vehículos de algunos de los detenidos se encontraron numerosas inscripciones de las siglas FTA en pintura amarilla.
Al igual que los narcotraficantes, los cabecillas se aprovechan de la gran precariedad que se vive en este territorio para contratar caras nuevas.
"Guayana y Brasil son muy cercanos. Con lanchas rápidas pueden estar aquí un día y allí al día siguiente", observa el comisario brasileño Bruno Almeida.
"En Brasil también están buscados, y es una de las razones por las que cruzan la frontera a veces, para descansar un rato. Pero no por mucho tiempo, porque aprovechan las oportunidades de aquí", comenta una fuente judicial.
Los que son detenidos y condenados en Guayana son encarcelados en la prisión de Rémire-Montjoly, en la periferia de Cayena.
- Reclutamiento en prisión -
"En Rémire hay un 50% de extranjeros, de los que la mitad son brasileños", apunta el fiscal general Sollier.
Prueba de su presencia en la cárcel es que una de las zonas de aislamiento de este penal fue bautizada "Macapa", el nombre de la capital del Estado de Amapá, de donde son oriundos los miembros de FTA, según una abogada de Cayena.
Solicitado por AFP, el Ministerio de Justicia francés reconoció que "el problema de las bandas" y los cabecillas es "una cuestión mayor de seguridad en el centro penitenciario de Rémire-Montjoly".
Incluso detrás de los barrotes de las prisiones de alta seguridad de Brasil, siguen gestionando sus negocios.
"Consiguen corromper a los abogados, los guardias les traen teléfonos celulares, hay gente que les lanza teléfonos por encima de los muros de las cárceles, familiares que hacen entrar y salir información", enumera el comisario Almeida.
Actualmente no existe ningún acuerdo que permita a los brasileños detenidos en Rémire-Montjoly purgar su pena en su país de origen.
"Si uno de ellos no quiere volver a Brasil, no podemos obligarlo. Y ninguno quiere purgar allí su pena. Para ellos, la única sanción es la muerte. La cárcel aquí es como un juego", ironiza una fuente conocedora.
(K.Müller--BBZ)