Nueva jornada de protestas en Grecia tras la catástrofe ferroviaria
Los griegos vuelven a manifestarse este viernes en la tercera jornada de duelo nacional por el accidente ferroviario que dejó 57 muertos, entre ellos muchos estudiantes, y provocó una ola de indignación por las deficiencias crónicas de la red de trenes.
En la capital Atenas y en otras ciudades de Grecia, la población está llamada a protestar el viernes por la noche en silencio bajo el lema "Lloramos nuestros muertos, pedimos la verdad".
Los sindicatos ferroviarios organizan este viernes una huelga por segundo día consecutivo, para denunciar "la falta de respeto que han demostrado los gobiernos a lo largo de los años hacia los ferrocarriles griegos, lo que ha conducido" a esta catástrofe.
La ira de la población no parece remitir a pesar del mea culpa entonado por el gobierno hacia los fallos "crónicos" de la red ferroviaria, que tuvieron que ver con la tragedia ocurrida la noche del martes.
Más de 10 personas continúan en paradero desconocido, y algunos familiares aguardan angustiados noticias sobre sus seres queridos.
"Nadie es capaz de decirme nada, si mi hija está herida o si está en cuidados intensivos o dónde", dijo a AFP una mujer, desesperada por tener noticias de su hija Kalliopi, de 23 años.
"Desperté a mi esposa y le pregunté si nuestra hija estaba en ese tren. Y ahí empezó la pesadilla", dice su marido Lazaros. Ambos han facilitado muestras de ADN y aguardan saber si su hija está viva.
La policía indicó a AFP que la estación de Lárisa, la más cercana al lugar del siniestro, fue allanada este viernes para recabar material que ayude a entender el porqué del accidente.
Una fuente judicial indicó a AFP que las pesquisas buscan depurar posibles responsabilidades penales contra varios directivos de la empresa Hellenic Train, la compañía ferroviaria griega, propiedad de la sociedad pública italiana Ferrovie Dello Stato Italiane (FS).
- Un jefe de estación novato -
La justicia trata de entender por qué un tren con 342 pasajeros y diez trabajadores fue autorizado a tomar la misma vía única que un convoy de mercancías, en la línea entre Atenas y Tesalónica.
El jefe de la estación de Lárisa, de 59 años, fue detenido tras el suceso y acusado de homicidio culposo y heridas. Su abogado dijo que reconoció "su error", pero también mencionó otros factores.
"Mi cliente ha asumido su parte de responsabilidad. Pero no hay que concentrarse en un árbol cuando detrás hay un bosque", dijo el letrado, Stefanos Pantzartzidis.
La televisión estatal ERT indicó que el jefe de estación había sido nombrado hace apenas 40 días y pasó una formación de solo tres meses.
Si es declarado culpable, puede ser condenado a cárcel perpetua.
- Mea culpa del gobierno -
"Los retrasos (en la modernización de los ferrocarriles) encuentran su origen en las patologías crónicas del sector público griego, durante décadas de debilidad", admitió el jueves el portavoz del gobierno Yannis Oikonomou.
El nuevo ministro de Transporte, Giorgos Gerapetritis, pidió perdón a las familias de las víctimas y lanzó "una autocrítica completa del sistema político y del Estado". Su predecesor dimitió la víspera.
El presidente del sindicato de conductores de tren OSE, Kostas Genidounias, agregó que toda la señalización de la línea donde se produjo el accidente "está hecha manualmente". "Desde el año 2000 los sistemas no funcionan", afirmó.
Representantes sindicales de Hellenic Train advirtieron de esto hace tres semanas. "No vamos a esperar al accidente que va a llegar para ver a los responsables soltar lágrimas de cocodrilo", habían advertido.
En Tesalónica, unas 2.000 personas protestaron el jueves por la noche, con rostros graves, aunque dejando escapar puntualmente su cólera con pedradas y cócteles Molotov.
Además, cerca de 700 manifestantes se congregaron frente a la sede del operador ferroviario Hellenic Train en Atenas.
Habitantes de Lárisa también se manifestaron con pancartas en las que se leía: "La privatización mata".
Hellenic Train fue vendida en 2017 al grupo italiano Ferrovie dello Stato Italiane en el marco del programa de privatizaciones exigido por los acreedores de Grecia durante la crisis económica del país (2009-2018).
(O.Joost--BBZ)