Nueva jornada de huelga y protestas en Grecia por el letal accidente ferroviario
Huelgas y protestas paralizarán Grecia este miércoles, una semana después del accidente ferroviario que dejó 57 muertos y despertó una ola de indignación nacional que no da señales de apaciguarse.
No habrá durante la jornada ningún enlace marítimo entre las numerosas islas del país y tampoco habrá trenes, por octavo día consecutivo.
Los empleados del servicio público también están llamados a la huelga durante 24 horas, al igual que los profesores de primaria, los médicos y los conductores de autobús y metro.
En todo el país se han convocado manifestaciones, dos de ellas en Atenas, la capital.
El domingo estallaron violentos enfrentamientos entre algunos manifestantes y la policía, al margen de protestas en Atenas y en Tesalónica, la segunda ciudad del país, en el norte.
En ellas se puede ver desde hace una semana el lema "Llámame cuando llegues", en referencia al mensaje enviado por una madre a su hijo fallecido en el accidente.
Muchas de las víctimas eran jóvenes y estudiantes. En los últimos días, las imágenes de padres desmoronados enterrando a sus hijos, a menudo retransmitidas en directo por televisión, han conmocionado aún más al país.
- "Tragedia nacional" -
La indignación no cesa una semana después del choque de un tren de Atenas a Salónica, con casi 350 pasajeros a bordo, contra un convoy de carga.
Los dos trenes recorrieron varios kilómetros por la misma vía sin previo aviso antes de colisionar frontalmente el 28 de febrero en la noche cerca de la ciudad de Lárisa, 350 km al norte de Atenas.
Desde esta "tragedia nacional", como la calificaron las autoridades, los griegos exigen cuentas a sus dirigentes, comenzando por el primer ministro conservador, Kyriakos Mitsotakis.
Desde el día después de la colisión se empezaron a señalar las graves lagunas del sistema de seguridad y el deterioro de la red ferroviaria, propiedad del Estado.
El jefe del gobierno, que enfrenta elecciones generales en la primavera boreal, fue duramente criticado por haber asegurado horas después de la catástrofe que se trató de un "trágico error humano".
Los sindicatos ferroviarios recordaron enfurecidos que habían advertido sobre los graves fallos técnicos en esa línea mucho antes del drama y que no fueron escuchados.
El jefe de estación de Lárisa, que reconoció su responsabilidad en el accidente, está en prisión provisional.
Pero algunos acusan a las autoridades de convertir a este hombre, con muy poca experiencia y formación, en la cabeza de turco de la catástrofe.
"Es fácil echar la culpa al jefe de la estación", se indignaba el domingo Mariana Chronopoulou, profesora de educación primaria en una manifestación el domingo.
"Estamos muy enfadados contra este gobierno porque vemos también el estado en que se deja el sector público", dijo.
- Servicios públicos -
El primer ministro pidió disculpas a las familias de las víctimas el domingo, demasiado tarde para muchos. También solicitó ayuda a la Unión Europea, que debe enviar esta semana a expertos de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (ERA) a Atenas.
La ira también se dirige a la sociedad ferroviaria Hellenic Train, cuya sede en Atenas quedó manchada en una protesta el viernes con la palabra "asesinos".
Esta empresa privada, que gestiona el tráfico de viajeros y de mercancías, respondió a las acusaciones señalando que la responsabilidad del mantenimiento de la red recaía en la compañía pública OSE.
Numerosos griegos expresan además su resentimiento hacia lo que consideran como la decadencia de los servicios públicos desde los planes de austeridad impuestos por los acreedores de Grecia para rescatar al país.
(B.Hartmann--BBZ)