Malaui pide ayuda internacional ante tragedia causada por el ciclón Freddy
El presidente de Malaui, Lazarus Chakwera, pidió el miércoles ayuda internacional para hacer frente a la devastación causada por el ciclón Freddy, "una tragedia" que se cobró la vida de al menos 225 personas en el pobre país del sur de África.
Chakwera viajó a Blantyre, capital económica del sur y epicentro de la catástrofe, donde asistió a una ceremonia por las víctimas del ciclón.
"Esto es una tragedia nacional. Hago un llamamiento a los socios y donantes internacionales para que presten más ayuda ante la destrucción y los daños causados por el ciclón tropical Freddy", insisitió.
Decenas de dolientes asistieron a una concentración en una escuela del municipio de Chilobwe, cerca de Blantyre.
Freddy también golpeó en dos ocasiones al vecino Mozambique, donde se registran un balance provisorio de 21 muertos.
El excepcionalmente longevo ciclón ya había azotado el sur de África a finales de febrero, matando a 17 personas, antes de regresar a principios de marzo.
Con vientos menos potentes pero lluvias torrenciales, el ciclón provocó fuertes inundaciones y corrimientos de tierra mortales en Malaui, donde se declaró el estado de catástrofe.
El gobierno desplegó la policía y el ejército mientras que varias decenas de personas siguen desaparecidas.
El presidente Chakwera prometió "intensificar" la búsqueda.
Más de 88.300 personas se quedaron sin hogar. Escuelas e iglesias se convirtieron en refugios de emergencia. Se abrieron 165 centros de acogida.
Una docena de instalaciones sanitarias se vieron afectadas por la destrucción. Con los puentes derrumbados y el nivel del agua todavía alto en algunos lugares, las operaciones de rescate se dificultan.
Se encontraron supervivientes en árboles y tejados.
El papa Francisco oró este miércoles por las víctimas del ciclón, en su audiencia semanal en la plaza de San Pedro.
"Rezo por los fallecidos, heridos y desplazados. Que el Señor sostenga a las familias y comunidades más afectadas por esta calamidad", dijo.
Los mercados y tiendas reabrieron temprano el miércoles en Chilobwe.
Daud Chitumba, un conductor de microbús de 27 años, dijo que tenía que trabajar para alimentar a su familia. "Tengo dos hijas pequeñas y obligaciones. Tenemos que reconstruir nuestras vidas", explicó.
Dos días atrás, en la comunidad de Chilobwe, familias y socorristas excavaban en el barro, a veces con las manos, en busca de un ser querido o al menos sus cadáveres.
"Hay muertos por todas partes (...) todo el mundo ha perdido a alguien", lamentó Fadila Njolomole, de 19 años.
(L.Kaufmann--BBZ)