Sigue la difícil búsqueda de los desaparecidos por las inundaciones en Sudáfrica
Los socorristas siguieron buscando el jueves a decenas de personas reportadas como desaparecidas en Sudáfrica tras las devastadoras inundaciones que dejaron más de 300 muertos y destruyeron carreteras, puentes y miles de viviendas en Durban, dejando a muchos supervivientes abandonados a su suerte.
Al menos 306 personas han muerto debido a las lluvias que arrasaron la zona de Durban y sus alrededores, en la provincia de KwaZulu-Natal.
Desde entonces, el gobierno declaró el estado de catástrofe en la región y prometió dar ayuda a los afectados.
El presidente Cyril Ramaphosa, describió estas inundaciones sin precedentes como una "calamidad". "Esta es una catástrofe de enormes proporciones", indicó.
Miles de personas se quedaron sin casa, hay carreteras y puentes cortados y al menos 248 escuelas fueron dañadas por las peores lluvias en más de 60 años.
Un trabajador de una morgue en la barriada de Phoenix, en Durban, indicó que habían recibido más de 100 cadáveres.
"La noche pasada había una cola de personas trayendo cuerpos. Era demasiado", contó el trabajador que pidió no ser identificado ya que no tiene permiso para hablar con la prensa.
El gobierno local de la provincia de KwaZulu/Natal hizo un llamado para dar ayuda a los damnificados con comida no perecedera, agua embotellada, ropas y mantas.
Las autoridades están identificando a "todas las familias afectadas, cuantificando los daños de cada damnificado para asegurar una intervención inmediata mediante los agentes de gestión de las catástrofes".
Sin embargo, muchos supervivientes abandonados a su suerte, se las arreglan con gran dificultad.
Muchos residentes de una barriada del norte de Durban, luchaban precariamente al borde de una carretera cortada para intentar obtener agua limpia de una tubería que pasa justo por debajo.
Los voluntarios, afirman que están desesperados por encontrar comida, ropa y otros suministros básicos.
En una sala oscura de un albergue instalado en un hotel, los voluntarios usaban las linternas de los portátiles para registrar a los desplazados que llegaban.
"Simplemente estamos ayudando a la gente porque nos importa", dijo Mabheki Sokhela, de 51 años, que organizó un albergue temporal en una sala comunitaria. "Son nuestros hermanos y hermanas".
Sin embargo, reconoció que no tienen suficiente espacio para todos. En la noche muchos damnificados duermen en sillas o en cartones en el suelo.
- Poco preparadas -
Varios expertos climáticos advirtieron que niveles apocalípticos de lluvia estaban cayendo en la zona en un lapso de varios días, en la mayor tormenta que ha azotado al país desde que hay registros.
Algunas zonas recibieron más de 450 milímetros en 48 horas, lo que constituye casi la mitad de las lluvias anuales, según los datos del servicio meteorológico.
Pero la tormenta pilló a las autoridades sudafricanas poco preparadas para desastres de este tipo, al contrario de países vecinos como Mozambique que sufre el embate de tormentas tropicales cada año.
Estas lluvias se forman por un sistema de bajo nivel que provocó lluvias y frío en todo el país.
La región de Durban todavía está intentando recuperarse de la pandemia de covid-19 y de los violentos disturbios del año pasado que dejaron más de 350 muertos.
Para el próximo fin de semana, la agencia nacional de meteorología, advirtió de "tormentas eléctricas, con el riesgo de inundaciones localizadas, granizo y fuertes vientes", en la provincia de KwaZulu-Natal y las zonas vecinas de Free State y Eastern Cape.
(F.Schuster--BBZ)