Boris Johnson enfrenta posible investigación sobre si mintió al Parlamento
El primer ministro británico, Boris Johnson, sumido en una nueva crisis política, enfrenta el jueves una posible investigación sobre si mintió al Parlamento en el marco del "partygate", el escándalo por las múltiples fiestas organizadas en Downing Street durante los confinamientos.
El opositor Partido Laborista presentó una moción en la Cámara de los Comunes para intentar que una comisión parlamentaria investigue si Johnson engañó a los diputados cuando negó en diciembre que se hubiesen infringido en sus oficinas las reglas contra el coronavirus impuestas por él mismo.
La oposición asegura que mintió a sabiendas y que la multa impuesta la semana pasada por la policía al líder conservador --convirtiéndolo en el primer jefe de gobierno en ejercicio sancionado por infringir la ley-- y su esposa Carrie, entre muchos otros, así lo demuestra.
"Este debate es sobre la honestidad, la integridad y el decir la verdad en este lugar", afirmó el líder laborista Keir Starmer al presentar la moción, iniciando un debate de varias horas.
La bancada gubernamental estaba inusualmente vacía haciendo temer una alta abstención de los conservadores que daría la victoria a la oposición, poniendo en duda el apoyo con que cuenta Johnson entre los 359 diputados de sus propias filas.
Tampoco el primer ministro participaba en la discusión, por encontrarse de viaje en India.
"No quiero que esto se prolongue sin fin. Pero no tengo nada, honestamente, que ocultar", dijo a la prensa desde allí.
En una maniobra de última hora, su gobierno había preparado el miércoles por la noche una enmienda pidiendo que se esperase al final de las pesquisas policiales, y a que la alta funcionaria Sue Gray presente el informe completo de su propia investigación interna, antes de decidir sobre una eventual comisión parlamentaria.
Y se informó de que el Partido Conservador había dado a sus diputados, que constituyen una amplia mayoría absoluta, la consigna de votar a favor de dicha enmienda.
Sin embargo, en un golpe de efecto dramático que muchos observadores atribuyeron a la posibilidad de una rebelión, 15 minutos antes del inicio del debate el ejecutivo decidió no presentarla.
Y más aún: el partido permitió que los diputados conservadores voten con total libertad la moción de la oposición laborista.
"Yo votaré cientamente a favor", afirmó el rebelde conservador Steve Baker, llamando a Johnson a dimitir: "el primer ministro debería haberse ido ya".
Pero más que votar a favor, muchos de sus compañeros parecían decididos a abstenerse para no poner sus nombres bajo lo que puede aparecer como un intento de encubrir la conducta del controvertido primer ministro en el marco del "partygate".
- Maniobra electoral -
La policía londinense lleva semanas investigando una docena de eventos organizados durante los confinamientos de 2020 y 2021, desde celebraciones navideñas hasta fiestas de despedida.
Ha impuesto de momento unas 50 multas, incluida la de Johnson por una fiesta con ocasión de su 56º cumpleaños, celebrada el 19 de junio de 2020 con decenas de personas en la sala del consejo de ministros.
Pero la investigación sigue abierta y el primer ministro, cuya presencia ha señalado la prensa en al menos seis de esos eventos, podría ser multado de nuevo.
El escándalo, que estalló en diciembre, tomó grandes proporciones a principios de año y un nutrido grupo de conservadores amenazó entonces con lanzar una moción de censura contra su propio líder.
Pero desde la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero, y la activa participación de Johnson en la respuesta occidental, su partido cerró filas en torno a un dirigente que no consideran apropiado cambiar ahora.
Sin embargo, los sondeos muestran que la popularidad del primer ministro no deja de degradarse entre la opinión pública. Y la oposición espera que esto se refleje en las elecciones municipales del 5 de mayo.
La votación sobre si una comisión parlamentaria debe o no investigar si el primer ministro mintió al Parlamento tiene, precisamente, su mirada puesta en esos comicios. El Partido Laborista quiere que los candidatos municipales conservadores paguen los platos rotos si sus diputados impiden una investigación parlamentaria. Y que esto reavive la rebelión interna contra Johnson.
Este siempre ha defendido creer que las fiestas fueron "eventos laborales" y no pensar en ningún momento que, como tales, infringiesen las reglas del confinamiento.
(B.Hartmann--BBZ)