Djokovic vuelve a imponer su ley en Australia
En medio del vaivén meteorológico de Melbourne, una ley se mantuvo inmutable en el Abierto de Australia: un año después de su deportación, el serbio Novak Djokovic regresó el martes triunfalmente a la pista donde ha cosechado sus mayores éxitos.
Recibido como un héroe en una Rod Laver Arena repleta de banderas serbias, el nueve veces ganador en Melbourne cuajó un partido de menos a más para deshacerse en poco más de dos horas del español Roberto Carballés (N. 75).
No fue un partido brillante del astro de 35 años, deportado hace un año por no estar vacunado contra el covid, pero le bastó para deshacerse de un voluntarioso tinerfeño, que llegó a gozar de un 0-40 para quiebre al poco de empezar el partido.
Superada la resistencia de Carballés en los dos primeros sets, Novak, con un vistoso vendaje en la pierna derecha por una reciente lesión, se liberó en el último parcial, que terminó con las gradas cantando ruidosamente "Nole, Nole".
"Estoy muy feliz de estar de vuelta en Australia y en la pista donde he tenido los mayores éxitos de mi carrera", dijo el serbio, que lleva 1.821 días sin perder en este Grand Slam.
"Definitivamente, esta pista es la más especial en mi vida y no podía pedir un mejor comienzo para el torneo", agregó Djokovic, que aspira a igualar en este torneo los 22 Grand Slams del español Rafa Nadal, el campeón vigente.
- Batallas a cinco sets -
La vuelta de "Nole" cerró una jornada marcada por la locura climática en Melbourne, que hizo honor al dicho local de que esta ciudad puede tener las cuatro estaciones meteorológicas en un día.
Temperaturas cercanas a 40º grados al mediodía, seguidas por unos chubascos al anochecer, obligaron a suspender en tres ocasiones la competición en las pistas descubiertas y a pasar al miércoles numerosos partidos.
Pero aun así, los espectadores, que se las ingeniaron para enfrentar las inclemencias del clima, pudieron gozar de reñidas batallas en las pistas cubiertas.
En uno de los platos fuertes del día, el ex número uno del mundo escocés, Andy Murray, se impuso al italiano Matteo Berrettini (N. 14) en casi cinco horas de partido por por 6-3, 6-3, 4-6, 6-7 (7/9), 7-6 (10/6).
Después de cinco años de lucha contra dolor en el abdominal y la cadera, el veterano escocés de 35 años obtuvo su primera victoria contra un jugador top 20 desde 2017.
"Esta noche y mañana voy a notar esto, pero ahora estoy increíblemente feliz y orgulloso", dijo Murray, que terminó con sangre en la rodilla.
También le tocó sufrir al campeón olímpico alemán Alexander Zverev, que en su regreso a las pistas tras su grave lesión de tobillo en el último Roland Garros se enfrentó al peruano Juan Pablo Varillas.
En solo su segunda participación en un Grand Slam, Varillas rozó la gesta y dispuso de algunas pelotas de partido, pero terminó perdiendo 4-6, 6-1, 5-7, 7-6 (7/3), 6-4. "Ha jugado uno de los mejores partidos de su vida", reconoció el campeón de Tokio-2020.
También pasaron el noruego Casper Ruud (N. 3), el ruso Andrey Rublev (N. 6), el estadounidense Taylor Fritz (N. 8), el joven danés Holger Rune (N. 9) y el español Pablo Carreño (N. 15), que eliminó el argentino Pedro Cachín.
Su compatriota Diego Schwartzman (N. 23) consiguió terminar su racha de ocho derrotas y, a pesar de jugar lastimado en la pierna derecha, derrotó al ucraniano Oleksii Krutykh por 6-4, 6-7 (6/8), 6-3, 7-6 (7/5).
- Prohibición de banderas rusas -
En cambio, la española Garbiñe Muguruza (N. 73) continuó con la tónica aciaga de la temporada pasada y perdió ante la belga Elise Mertens un partido que casi tuvo ganado (3-6, 7-6 [7/3], 6-1).
Entre las candidatas al título pasaron la francesa Caroline Garcia (N.4) y la bielorrusa Aryna Sabalenka (N. 5).
Más problemas tuvo la tunecina Ons Jabeur (N. 2), que necesitó tres sets para superar a la eslovena Tamara Zidansek por 7-6 (10/8), 4-6, 6-1.
En lo extradeportivo, la guerra en Europa salpicó el torneo, después de una queja del embajador ucraniano por la exhibición de una bandera rusa en las gradas durante un partido de la primera jornada entre dos jugadoras de los países en conflicto.
En respuesta, Tennis Australia anunció el martes la prohibición de las banderas de Rusia y también de Bielorrusia, país aliado del Kremlin, dentro del recinto, medida criticada por la embajada rusa como una "inaceptable politización del deporte".
(S.G.Stein--BBZ)