Dior Alta Costura rinde homenaje a Joséphine Baker y los locos años 20
Con plumas a go go, vestidos ajustados e incluso albornoces, Dior Alta Costura rindió homenaje este lunes a la célebre cabaretista estadounidense Joséphine Baker en su colección primavera verano presentada en París.
Para el primer día de la Semana de Alta Costura, la firma francesa propuso desenfado y una pizca de locura estilo años 1920, pero también un recuerdo de épocas más sombrías.
"Joséphine Baker es una gran artista y la única mujer de color enterrada en el Panteón (de grandes personalidades francesas)", recordó la estilista de colecciones femeninas de Dior, Maria Grazia Chiuri, en declaraciones a la AFP.
Pero Baker también marcó su época con sus vestidos, recordó la modista.
Baker era clienta asidua de Dior, y con su corte de pelo corto y su cuerpo de bailarina, encarnó una feminidad diferente, burlesca pero también libre en sus movimientos, lejos de la mujer estática de su generación.
Inicialmente, a su llegada a París, se presentó con papeles de mujer indígena, con su famosa falda de bananos y sus muecas.
Pero pronto cambió de registro para no quedarse encasillada. Adoptó el estilo "garçon", y tras la Segunda Guerra Mundial, encarnó la mujer comprometida, con traje chaqueta que recordaba su colaboración con la Resistencia.
Fascinada por toda evolución de indumentaria, Maria Grazia Chiuri le rinde homenaje en su colección: reflejos metálicos para la etapa music-hall, plumas y flecos.
Conjuntos de minishorts o bodies ajustadísimos, luego vestidos largos y fluidos de los años 1920-30.
Y finalmente, vestidos chaqueta ajustados y de corte severo.
"Sus imágenes con ropa de uniforme son extraordinarios. Tenía una conciencia increíble de lo que podía hacer con so notoriedad, como por ejemplo ponerla al servicio de las mujeres", explica la creadora.
Los abrigos son estilo albornoz, pero de terciopelo, como los que se pondría una estrella entre dos números de cabaret, en su camerino.
- Mishra y Hobeika, entre el cielo y la fiesta -
La firma libanesa Georges Hobeika lleva casi tres décadas encarnando el arquetipo de la alta costura, con una orgía de lentejuelas, tul bordado con hilo de oro, perlas, vestidos con bata de cola vertiginosas y profusión de pedrería.
El padre y fundador de la casa, Georges, ha decidido compartir la creación de colecciones con su hijo Jad, y ambos convocaron a sus clientas asiduas y alguna celebridad para festejar "el amor y la conexión", según explicó Jad a la AFP en entrevista.
Hobeika propone una fiesta continua para los ojos, con espectaculares "trampantojos" a base de bordados, plumas y cintas.
"Básicamente estoy obsesionado como las plumas y los pájaros", explicó este creador, para quien "la moda sin un mensaje no significa nada".
Si Hobeika era un canto al glamour, a la fiesta, la casa india Rahul Mishra propuso una colección titulada "Cosmos", igualmente espectacular, pero reflexiva, apuntando al cielo, y al mar.
Un vestido de falda tubo se transforma a partir de la cintura en una exuberante protuberancia de faralaes de color azul, muy apretados, con perlas y pedrería que simbolizan un arrecife coralino.
A continuación, un largo vestido de tul dorado, ondulante, que con sus destellos y los bordados apelan a la bóveda celeste.
"Hay galaxias que se crean y se evaporan constantemente en el vacío. ¿Quién puede decir que no están contenidas en una sola gota de agua?" se pregunta este creador indio.
(L.Kaufmann--BBZ)