El ingenio detrás de las hojas de cedro que protegen los puros cubanos
A fuerza de ingenio, un emprendedor cubano logró levantar la única empresa privada en la isla que vende las finas láminas de cedro para envolver y conservar los famosos puros de este país, ahorrando al gobierno un fuerte gasto por su importación.
A diferencia de la mayoría de las empresas privadas, que renacieron apenas en septiembre de 2021 en Cuba e importan productos para comercializarlos localmente, "Laminados Concepción" es productor local y el único proveedor del Estado de estas finas láminas para sus famosos habanos.
Esta fábrica, con unos 15 trabajadores, "ahorra al país un millón de dólares al año por concepto de importación", dice con orgullo a la AFP Alexis Concepción, de 56 años y propietario del próspero negocio.
El aroma cálido y con notas dulces del cedro invade el local, ubicado en el municipio tabacalero de Cabaiguán, 380 kilómetros al este de La Habana. Largos pliegos de madera cuelgan en tendederos esperando secarse para la confección de las láminas.
La historia de esta empresa comenzó hace dos décadas, cuando Concepción se empeñó en crear una máquina para fabricar estas milimétricas capas de cedro que antes eran importadas.
"Creamos el primer torno laminador" de madera con "distintos mecanismos de otras máquinas y tecnologías obsoletas", y luego "lo fuimos modernizando", explica este tecnólogo en metales.
"No había dinero" para comprar uno de estos sofisticados aparatos, cuenta, así que decidió hacer uno propio a partir de otros modelos.
"En el mundo existen máquinas similares, pero que fabrique la lámina exactamente, recortada por ella, a la medida, esta es la única", se vanagloria.
En sus inicios no existía la empresa privada en Cuba, así que comenzó trabajando por su cuenta, hasta convertirse en "mipyme" después de 2021.
Actualmente, vende al Estado toda su producción, ampliamente demandada por una industria que en 2023 generó al país 721 millones de dólares.
En Cuba, cuyos tabacos son considerados los mejores del mundo, estas láminas, con un grosor que va de 0,3 a 0,7 milímetros, se usan para envolver individualmente los puros dentro de un estuche metálico o para separarlos en cajas.
"Nuestras láminas han sido reconocidas por su calidad, que es incluso superior a las que Cuba importaba" antes, detalla Yarisel, la hija de 28 años de Concepción y socia de la compañía.
Además de "sustituir importaciones, generamos empleos" en Cabaiguán, añade la mujer, informática de profesión y encargada de la actividad comercial de la empresa.
(O.Joost--BBZ)