Denigradas, las madres solteras se rebelan en China
Madre soltera, Li Meng cría sola a su hija de dos años en Shanghái. Pero para la sociedad y el Estado en China, donde los nacimientos fuera del matrimonio están muy mal vistos, es casi una ciudadana de segunda.
Como ella, millones de mujeres enfrentan a diario miradas condescendientes, incluso despectivas. Además sufren discriminación económica: solo las mujeres casadas pueden beneficiarse de las ayudas sociales ligadas a la maternidad.
Al quedarse embarazada, Li Meng decidió tener el hijo, a pesar del abandono del padre y la vida precaria que le esperaba.
Como no está casada, ni siquiera pudo tener baja por maternidad. La única opción posible fue dejar su trabajo en el sector inmobiliario para ocuparse de su bebé.
"Mucha gente me quiso disuadir (de dar a luz). Mi madre me dijo que estaba loca", recuerda Li Meng, que usa un nombre falso para no verse más estigmatizada.
"Para ella, era algo inaceptable en China para una familia tradicional como la nuestra", agrega.
Desde 2016, China ha relajado su política de control de nacimientos para revertir la caída en la natalidad que amenaza su desarrollo económico.
Ahora las parejas pueden tener hasta tres hijos, pero las bajas por maternidad y la cobertura médica vinculada al embarazo están reservadas para las mujeres casadas.
Li Meng no se resigna. Para hacer valer sus derechos, se lanzó a un agotador periplo administrativo que la llevó de oficina en oficina.
"Pero es como si se pasaran la patata caliente", lamenta.
Ante los repetidos rechazos de la administración, Li Meng interpuso un recurso ante la justicia.
- Hostilidad -
China cuenta con más de 19 millones de madres solteras, incluyendo divorciadas o viudas, según un informe publicado en 2019 por un instituto de investigación vinculado al gobierno.
Todas ellas se encuentran en un vacío legal, asegura Dong Xiaoying, abogada en el origen de una red de apoyo que las asesora en línea.
"La ley no dice que tener un niño fuera del matrimonio sea ilegal (...) Pero tampoco dice explícitamente que sea legal", señala.
El combate no es solo administrativo. Muchas madres solteras deben luchar contra la animadversión social.
Como reflejo de esta situación, en 2017, el ministerio de Sanidad juzgó que los nacimientos fuera del matrimonio iban "en contra del orden público y las buenas costumbres".
Cuando Wang Ruixi expresó el año pasado en internet su orgullo de haber criado sola a su hija, tuvo que aguantar un diluvio de injurias. La mujer dejó China y ahora vive en Europa.
"Puedo soportar las discriminaciones y los insultos", explica. "Pero no quiero que mi hija crezca en un ambiente así", agrega.
Ha habido, no obstante, algunas mejoras. Desde 2016, los niños de las familias monoparentales pueden por fin obtener un "hukou", el libro de estado civil necesario en China para acceder a servicios públicos como la educación y la cobertura sanitaria.
- "No ha servido de nada" -
Otro elemento que puede contribuir a cambiar la mirada del poder es la caída de la tasa de natalidad, que el año pasado llegó a su nivel más bajo en décadas.
Condenar al oprobio a estas madres puede llevar a las mujeres no casadas y embarazas a abortar, agravando el problema de la natalidad.
Otra madre soltera de Shanghái, Yu, que no da su nombre de pila, tiene un hijo de dos años y también ha librado un combate contra la administración.
"Todo lo que he hecho no ha servido de nada", suspira.
Las autoridades incluso llamaron a su jefe para quejarse de su insistencia.
"Debemos luchar por nuestros derechos. Así, al menos, no tendremos lamentos", declara.
Numerosas mujeres ven con esperanza la historia familiar de la esquiadora acrobática sinoamericana Eileen Gu, que causó furor en China el mes pasado gracias a sus dos medallas de oro y una de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín.
Los medios chinos se fijaron rápidamente en su madre Yan Gu, que crió a su hija sola.
De repente, las redes sociales parecían tomar conciencia de una evidencia: las madres solteras también pueden educar a sus hijos para tener éxito en la vida.
Para la abogada Dong Xiaoying, las mentalidades progresan, aunque sea lentamente.
"Pero es imposible cambiarlo todo en un día", señala.
(K.Müller--BBZ)