Turquía sueña con convertirse en "fábrica del mundo"
Turquía registró en 2021 un nivel de exportaciones récord y sueña con erigirse en "fábrica del mundo" a las puertas de Europa, impulsada por una moneda débil y la voluntad de las multinacionales de acercar la producción a sus principales mercados.
El país, que exportó por valor de 225.400 millones de dólares en 2021 y aspira a alcanzar los 300.000 en 2023, juega sus cartas como la proximidad con Europa en un momento en que el encarecimiento del transporte marítimo y los problemas en las cadenas de suministro llevan a empresas europeas a reducir su dependencia de Asia.
Pero en el camino del "made in Türkiye" (hecho en Turquía) se levantan numerosos obstáculos, advierten los expertos.
"Numerosas multinacionales están dando pasos para aprovisionarse más en Turquía", afirma a AFP Burak Daglioglu, presidente de la Oficina de Inversión de la presidencia turca, subrayando que el país atrae desde hace tiempo gigantes del automóvil y el textil y ofrece una mano de obra cualificada, una geografía "perfecta" e "infraestructuras punteras".
El sueco Ikea anunció a finales del año pasado que quería trasladar parte de su producción a Turquía y el grupo de moda italiano Benetton confirmó a AFP que desea "aumentar su volumen de producción en varios países más cercanos a Europa, entre ellos Turquía".
Peter Wolters, vicepresidente de la Cámara de Comercio Países Bajos-Turquía, dijo "recibir demandas de sectores del hogar y del jardín, del textil y de la moda y de la industria de construcción de yates", de empresarios que quieren recortar sus cadenas de suministro.
- Los costes de transporte se disparan -
Traer mercancías desde Asia se ha vuelto extremadamente caro: como consecuencia de la escasez de contenedores en los puertos, los costes de los fletes se han multiplicado por más de nueve desde febrero de 2020 entre China y el norte de Europa, según el índice Freightos Baltic.
Turquía está a solo tres días de Europa occidental en camión.
Un estudio de McKinsey publicado en noviembre situaba a Turquía en el tercer puesto de los países con mayor potencial de suministro textil para 2025, por detrás de Bangladés y Vietnam, pero por delante de Indonesia y China.
"Las empresas de confección buscan cambiar su 'mix' de abastecimiento" y "acercarse" a sus mercados, escriben los autores del estudio, que también señalan que Turquía ofrece "costes de producción más bajos debido a una lira turca más barata".
Como consecuencia del desplome de la moneda local frente al dólar (-44% en 2021), el salario mínimo neto en Turquía equivale actualmente a 315 dólares, un nivel apenas superior al de Malasia.
Para algunos observadores, el presidente Erdogan, que lleva veinte años en el poder y espera ser reelegido en 2023, apuesta por la debilidad de la lira para impulsar las exportaciones y el crecimiento, a pesar de su intención declarada de aumentar el poder adquisitivo de los turcos.
- Europa, "amiga" y "enemiga" -
El desplome de la lira turca también es problemático para la industria, debido a la dependencia del país de las importaciones de energía y ciertos materiales básicos.
"No es como Rusia, por ejemplo, que tiene abundantes materias primas", dice Roger Kelly, economista del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD). Cada vez más empresas apostarán por Turquía, afirma.
"Todavía no vemos grandes inversiones, a pesar de que Turquía es, desde un punto de vista puramente económico, el país perfecto para acercar la producción a Europa", señala Erdal Yalcin, profesor de economía internacional de la Universidad de Constanza (Alemania).
Para él, la culpa la tiene la "incertidumbre institucional y judicial" de Turquía y la diplomacia de Ankara.
En boca de los dirigentes turcos, "un día Europa es una nación amiga, y al día siguiente es un enemigo", apunta, y recuerda que Volkswagen había pospuesto --antes de renunciar definitivamente-- la construcción de una fábrica en Turquía tras una ofensiva turca en Siria a finales de 2019.
(A.Lehmann--BBZ)