Los Guardianes de la Revolución, el escollo para salvar el acuerdo nuclear de Irán
Es uno de los últimos obstáculos que hay que superar para poder salvar el acuerdo nuclear iraní: Irán exige que Estados Unidos retire a los Guardianes de la Revolución de su lista negra de organizaciones terroristas en un gesto simbólico, pero de alto riesgo político para Joe Biden.
La intervención pública de Israel el viernes en el debate complicará aún más la decisión del mandatario estadounidense.
"El cuerpo de los Guardianes de la Revolución islámica (...) asesinó a miles de personas, algunas de ellas estadounidenses". "Nos rehusamos a creer que Estados Unidos retirará su designación como organización terrorista", declararon el primer ministro israelí, Naftalí Bennett, y el ministro de Exteriores, Yair Lapid, en un comunicado.
Irán y Estados Unidos negocian desde hace once meses en Viena para salvar el acuerdo firmado en 2015 entre Teherán y las grandes potencias con el objetivo de garantizar que la República Islámica no obtenga la bomba nuclear.
El acuerdo prácticamente murió cuando Estados Unidos lo abandonó en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump, quien restableció sanciones que asfixian la economía iraní, lo que empujó a Teherán a dejar de lado las restricciones sobre su programa nuclear.
Ahora Biden dice estar listo para volver al acuerdo y levantar las sanciones, si los iraníes vuelven a sus compromisos.
E Irán declaró, a su vez, esta semana que faltan solo "dos temas" por negociar con Estados Unidos, entre ellos el de las "garantías" que reclama sobre la supervivencia del acuerdo en caso de alternancia política en la Casa Blanca.
El otro obstáculo tiene que ver con los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la República Islámica, como lo confirmó una fuente cercana al caso.
En abril de 2019, la administración Trump inscribió a los Guardianes en su lista negra de "organizaciones terroristas extranjeras" para ejercer una "presión máxima" sobre el poder iraní.
Aunque no se trata en teoría de una sanción relacionada con el programa nuclear, Teherán estima que no se habría tomado sin la salida de Estados Unidos del acuerdo de 2015 y que debe ser borrada.
- 'Una promesa' -
Entre líneas, el comunicado de Israel sugiere que un compromiso se lleva a cabo en Viena. "Nos cuesta creer que la designación de los Guardianes de la Revolución como organización terrorista será anulada a cambio de una promesa de no afectar a los estadounidenses", señala.
La derecha estadounidense y los representantes cercanos a Israel también multiplican las advertencias.
"Todo acuerdo que enriquezca a los terroristas iraníes no duraría", declaró el exsecretario de Estado Mike Pompeo, orgulloso de haber "puesto a Irán en cintura". "Lo hicimos y lo volveremos a hacer", dijo.
Hasta ahora, el gobierno se mantiene discreto.
El dilema es complejo porque la aceptación de la acusación de terrorismo en contra de los Guardianes es casi unánime en Washington. La entidad, que respalda al grupo libanés Hezbolá, a los hutíes yemeníes y a algunas milicias de Irak, es considerada responsable de numerosos ataques contra soldados e intereses estadounidenses en Medio Oriente.
"El objetivo número uno de Estados Unidos sobre Irán es que nunca consiga un arma nuclear", recordó el viernes el general Kenneth McKenzie, jefe de las fuerzas estadounidense en Medio Oriente. "Toda solución que lo impida contribuye a la seguridad regional", dijo a la prensa.
McKenzie también resaltó que sacar a los Guardianes de la lista negra "no cambia mucho" desde "un punto de vista operacional" y de "la amenaza" que representan para Washington.
Varios expertos aseguran que aunque la administración Biden ceda en ese punto, los Guardianes y sus dirigentes seguirán siendo objeto de otras sanciones.
Para Barbara Slavin, del Atlantic Council, vale la pena levantar la sanción si permite salvar el acuerdo de 2015. "Creo que los detractores del acuerdo se abalanzaron sobre este tema en un último intento por impedir resucitarlo".
(H.Schneide--BBZ)