Daniel Silveira, el diputado antisistema que Bolsonaro convirtió en héroe
El bolsonarismo tiene un nuevo héroe: Daniel Silveira, el diputado antisistema con el que el presidente Brasil Jair Bolsonaro abrió un nuevo frente con el poder judicial al perdonarle su condena por actos antidemocráticos.
¿Quién es este expolicía de 39 años que pasó de ser un controvertido miembro del "bajo clero" parlamentario a ser recibido con honores en el Palacio de Planalto tras ser sentenciado en abril a más de ocho años de prisión?
Indisciplinado, fervientemente antiizquierdista y amenazante frente el Supremo Tribunal Federal (STF), su blanco predilecto y el mismo que lo condenó, Silveira comenzó a ser conocido en 2018.
Alto, musculoso y de carácter adusto, había dejado la policía de Rio de Janeiro para presentarse a diputado y despertó indignación cuando durante un acto callejero quebró un cartel en homenaje a la exconcejal izquierdista Marielle Franco, cuyo asesinato suscitó una ola de condena internacional.
Pese a ello, fue elegido diputado con 31.000 votos para el Partido Social Liberal en la misma oleada antisistema que catapultó a Bolsonaro a la presidencia.
Sin acceso al núcleo más íntimo del presidente ultraderechista, Silveira, que suele llevar un pin metálico de dos pistolas en la solapa, pasó a mostrarse como uno de los bolsonaristas más alineados con las pautas ideológicas.
Su caso ante el STF arrancó en febrero de 2021, un día después de que el juez Alexandre de Moraes determinara su prisión al aparecer en un video amenazando a la corte.
El diputado "youtuber" deseaba que "el pueblo entrase al STF, tomase a de Moraes por el cuello, sacudiera su cabeza de huevo y le arrojase dentro de un basurero".
Además defendió el AI-5, uno de los autos más represivos de la última dictadura militar (1964-1985), que anulaba varias garantías constitucionales.
A medida que avanzaba su juicio, Bolsonaro, a quien le "dolió en el corazón" verlo preso, demostró estar dispuesto a protegerlo y cuando el STF lo condenó el 20 de abril a ocho años y nueve meses de prisión, lo indultó como "garantía de libertad".
- Indisciplinado -
Silveira había copado titulares semanas antes al dormir una noche en el Congreso para evitar que la policía le colocara una tobillera electrónica.
"Quiero ver hasta dónde va la insolencia de alguien (el STF, ndlr) para romper con los otros poderes", desafió.
El diputado ya tenía una trayectoria como indisciplinado: como policía acumuló 60 sanciones por insubordinación y mala conducta en seis años, según reportó la prensa brasileña.
Tras el indulto, seguidores y aliados de Bolsonaro intentaron convertir al diputado en mártir de la libertad de expresión. Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, comparó la condena con una "injusticia" vivida por Jesucristo.
"En el pasado se amnistiaba a delincuentes, ahora se amnistía a inocentes", declaró Bolsonaro, en un acto en Planalto en que Silveira, sonriente, se fotografió sosteniendo una copia enmarcada del decreto de perdón como si fuese un trofeo.
El reconocimiento también le llegó en la Cámara de Diputados, donde fue nombrado miembro de la comisión más importante, la de Constitución y Justicia, a la espera de que se aclare si el indulto evita también la pérdida de mandato.
Silveira no es una excepción en el hemiciclo: entre 513 diputados, al menos un centenar es blanco de investigaciones, según datos del sitio Congresso em Foco.
Su flamante popularidad se notó también el domingo en la calle, cuando decenas de seguidores lo auparon durante una manifestación bolsonarista en Rio de Janeiro.
"Silveira tiene una importancia más simbólica que real en el bolsonarismo", dijo a la AFP André Cesar, analista de la consultora Hold.
- Pulso con el STF -
Con el indulto, Bolsonaro inflamó a la vez su pulso con el STF, que ha abierto varias investigaciones contra él. El presidente acusó reiteradas veces -sin pruebas- a sus jueces de trabajar para el retorno de la izquierda, promoviendo el fraude en las elecciones a través de las urnas electrónicas.
El STF por ahora no se pronunció sobre las denuncias de varios partidos contra el perdón presidencial.
Para César, el indulto es "una jugada de marketing" para la base "más ideologizada" de Bolsonaro, cinco meses antes de buscar la reelección.
"Es una oportunidad para desviar la atención de los problemas reales del país", dijo por su parte el politólogo Paulo Calmon, de la Universidad de Brasilia.
"Antes, era la pandemia; ahora, una economía desastrosa", con una inflación galopante y una pírrica previsión de crecimiento de 1,1% en 2022, añadió.
(B.Hartmann--BBZ)