Con Trump desaparece el discreto distanciamiento de la administración Biden con Israel
Por más de un año, Estados Unidos ha respaldado firmemente a Israel en su guerra en Gaza, mientras discretamente aconsejaba moderación. Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca desaparecen los matices, pese a que su afán por llegar a acuerdos lo hace menos predecible.
A diferencia de cualquier otro presidente reciente, Trump nunca se ha comprometido con un Estado palestino independiente y soberano. Está al frente del Partido Republicano, tan proisraelí que en algunas oficinas entregaron banderas de Israel junto a carteles de Trump durante la campaña electoral. En cambio, el apoyo de Biden a Israel le costó duras críticas de la izquierda en el bando demócrata.
Mientras los dos embajadores de Biden en Jerusalén eran judío-estadounidenses que algunas veces presionaron al primer ministro Benjamin Netanyahu, la elección de Trump para ese cargo es el exgobernador evangélico cristiano Mike Huckabee, que ve razones bíblicas para la defensa de Israel.
Además, entre los nominados por Trump para su gabinete está el senador Marco Rubio para la secretaría de Estado, considerado un halcón frente a Irán; también la representante Elise Stefanik, que será embajadora ante Naciones Unidas y quien saltó a la palestra pública al atacar a universidades estadounidenses donde se desarrollaban protestas en favor de los palestinos.
"Son más proisraelíes que la mayoría de los israelíes", dijo Asher Fredman, director del Instituto Misgav para la seguridad nacional y la estrategia sionista, un grupo de pensamiento israelí.
Fredman esperaba que Trump adoptara un enfoque de "Estados Unidos primero" dirigido a reducir recursos militares estadounidenses y volver a enfocarse en contrarrestar a China, lo que significa tanto potenciar a Israel para luchar contra sus enemigos como alentar la normalización de relaciones con Estados árabes, en especial con Arabia Saudita.
"Existe un tremendo potencial de cambio de paradigma en varios ámbitos, como impulsar la cooperación regional y ejercer máxima presión sobre Irán", opinó Fredman.
- Fin del enfoque Biden -
En octubre de 2023, Biden viajó a Tel Aviv días después de que Hamás ejecutara el ataque más mortífero contra Israel, y reafirmó el histórico compromiso de su país con Israel.
Pero luego fustigó repetidamente a Netanyahu por el gran número de víctimas civiles que deja la respuesta militar israelí en Gaza y trató sin éxito de impedir un segundo frente israelí en el Líbano.
Biden sólo ejerció una vez máxima presión, al retener miles de millones de dólares en ayuda militar a Israel, y su enfoque silencioso ha funcionado, según altos funcionarios de su gobierno.
En una carta a mediados de octubre, el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, dieron a Israel plazo de un mes para permitir el ingreso de más ayuda humanitaria a Gaza o afrontar recortes en el suministro de algunas armas.
Finalmente decidieron no tomar medidas, pese a que Israel no cumplió y una nueva evaluación respaldada por la ONU advirtió de una hambruna inminente en Gaza.
Allison McManus, directora general de seguridad nacional y política internacional del Centro para el Progreso estadounidense, de tendencia izquierdista, dijo que la carta ofreció una oportunidad, pero Biden quería que su legado fuera "un apoyo casi incondicional" a Israel.
"Biden, muy reacio al riesgo, no quería alterar demasiado el tradicional apoyo de Estados Unidos a Israel", explicó. "Fue dogmático y bastante ortodoxo en su enfoque".
"Trump no es ninguna de esas cosas" y es adepto a buscar acuerdos históricos, sostuvo.
"Si Netanyahu se obstina, como lo ha hecho sobre un alto el fuego, entonces no me sorprendería si vemos a Trump ejerciendo alguna presión", dijo. "¿Cómo sería eso? No lo sé".
- Acuerdo nada fácil -
Aaron David Miller, exasesor del Departamento de Estado sobre Oriente Medio, opinó que Trump tuvo en su primer mandato una política exterior "oportunista, transaccional y ad hoc".
Apuntó que incluso si Trump buscara un acuerdo sobre Gaza, enfrentaría impedimentos al igual que Biden, como el riesgo de que Hamás sobreviva y la ausencia de una nueva arquitectura de seguridad.
"Él no puede poner fin a la guerra en Gaza y no presionará a Netanyahu para que lo haga", afirmó Miller, ahora en el Carnegie Endowment for International Peace.
Elie Pieprz, director de relaciones internacionales del Foro de Defensa y Seguridad de Israel, estimó que la victoria de Trump ya produjo desarrollos positivos para Israel, incluido el distanciamiento de Catar de Hamás y un tono más conciliador de Irán.
Como Biden tuvo una relación difícil con Israel, Trump probablemente buscará aliviar la fricción, concluyó Pieprz.
(G.Gruner--BBZ)