El planeta se enfrenta a "múltiples crisis", advierte el PNUD en Davos
El responsable del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtió en Davos de las "múltiples crisis" que sacuden el planeta, desde el hambre provocado por la subida de los precios hasta los graves problemas de liquidez de algunos países tras la pandemia.
En una entrevista con la AFP, Achim Steiner dijo que más de 200 millones de personas están en situación de hambre aguda en el mundo, en particular por el aumento de los precios de los alimentos, consecuencia en parte con la guerra en Ucrania.
¿Cuáles son las consecuencias de la guerra en Ucrania para la seguridad alimentaria?
El hecho de que Ucrania y Rusia ya no vendan granos, como lo hacían normalmente, en el mercado mundial se ha traducido en un aumento inmediato de los precios y también en una interrupción de la cadena de suministro.
Hay que recordar que hay países que dependen de Ucrania para el 30, 40 o el 50% de su suministro de trigo, como en el caso de varios países africanos y árabes. Se ven afectados inmediatamente.
En segundo lugar, cientos de millones de personas ya no pueden comprar los alimentos básicos que necesitan para sobrevivir, porque el impacto en los precios mundiales significa que ya no pueden permitirse la comida del día siguiente.
En Naciones Unidas calculamos que en mayo de este año hay más de 200 millones de personas que padecen hambre aguda. Y el número de personas que pueden enfrentarse a futuras amenazas está aumentando debido entre otros a la sequía en el este de África, en el Cuerno de África.
Si pudiéramos encontrar un acuerdo político sobre cómo liberar las reservas que están actualmente en los silos de Ucrania, tendríamos un alivio inmediato.
¿Qué impacto tiene en la deuda?
Los precios de los alimentos también están provocando una crisis fiscal. La capacidad de los gobiernos para comprar alimentos más caros en los mercados mundiales se ha visto gravemente comprometida como consecuencia de la pandemia.
Calculamos que unos 80 países se enfrentan potencialmente a problemas de deuda este año. Y esto es, obviamente, algo que puede traducirse rápidamente en una ruptura política. Cuando la gente ya no es capaz de alimentarse, cuando los gobiernos ya no son capaces de proporcionar alimentos, entonces la política se traslada rápidamente a las calles.
Creo que lo hemos visto en Sri Lanka. Creo que podríamos verlo en América Latina, y ciertamente también en África, en los países que más probablemente se enfrenten al extraordinario aumento del precio de las importaciones de alimentos y de energía.
Para probablemente 60 o 70 países, las tres crisis [alimentaria, energética y financiera] se producen al mismo tiempo.
Y este es un grupo de países que, obviamente, nos preocupa mucho, porque es ahí donde la comunidad internacional debe actuar ahora.
Así que ahora tenemos una deuda acumulada por la pandemia. Con la subida de los costes de los alimentos, el combustible y la financiación, la situación es cada vez peor.
¿Cree que su mensaje se está oyendo en Davos?
Creo que hasta cierto punto nos cuesta comprender tanto la magnitud como la gravedad de las múltiples crisis que se están produciendo en todo el planeta en este momento, en términos de seguridad alimentaria, en términos de accesibilidad a la energía, en términos del coste de financiación del capital. Son perspectivas muy serias.
Y creo que, francamente, los países que pueden marcar la diferencia, ya sea el G7, el G20, las instituciones de Bretton Woods..., nuestras plataformas internacionales, no tienen la capacidad ni los recursos para responder a esta situación.
Así que la conversación en el Foro Económico Mundial es importante, porque necesitamos que los líderes y la sociedad civil entiendan que este es un momento crítico, tanto para la gestión de la crisis, como para la capacidad del mundo de seguir trabajando juntos, en lugar de unos contra otros.
(G.Gruner--BBZ)