Uvalde ruega a Biden "hacer algo" ante matanzas como la de su escuela
Entre voces que le exigían "hacer algo", un angustiado Joe Biden depositó flores y rezó este domingo en el memorial improvisado en Uvalde para honrar a los 19 niños y dos maestras asesinados en un tiroteo en una escuela primaria de esta localidad de Texas.
Acompañado de su esposa, Jill, el presidente estadounidense se dirigió primero al santuario levantado frente a la escuela, y luego a una misa católica en la iglesia del Sagrado Corazón.
"¡Hagan algo!" gritaron desde la multitud en la calle cuando la pareja presidencial, vestida de riguroso luto, salió de la iglesia.
"Lo haremos, lo haremos", respondió el mandatario antes de subir a su vehículo.
Tras la ceremonia, la pareja pasó unas tres horas en un encuentro privado con las familias de las víctimas, lejos de las miradas curiosas y las cámaras.
Biden, de 79 años, sabe de duelos pues sufrió la pérdida de su hijo Beau por cáncer y a su primera esposa y pequeña hija en un accidente.
"Perder un hijo es como si les arrancaran una parte de su alma", había dicho el mandatario el martes, el día que ocurrió la matanza.
- "Esto no es normal" -
La visita a Uvalde se produce menos de dos semanas después de un viaje similar a Buffalo, en el estado de Nueva York, donde un tiroteo de corte racista dejó 10 integrantes de la comunidad negra muertos a manos de un tirador blanco.
El mandatario, que no tenía previsto hacer un discurso el domingo, instó el sábado a actuar para prevenir futuras masacres en un país donde los esfuerzos para endurecer las regulaciones de armas de fuego han fracasado repetidamente.
Ricardo García, de 47 años, empleado en el hospital de Uvalde, estaba en su trabajo el día de la masacre.
"He visto cosas terribles. Niños pequeños muertos. No he podido sacar de mi mente los gritos de las madres a las que les daban la mala noticia", relató.
"Estoy contento de que (el presidente) esté aquí. Estamos honrados, pero hay que detener la venta de armas, punto final. Hoy en Texas no puedes comprar tabaco a los 18 años pero puedes comprar armas. Eso no es normal", agregó.
- Cauteloso optimismo -
Como sucede siempre tras estas tragedias ya comunes en Estados Unidos, el debate sobre el control de las armas de fuego está nuevamente en el tapete.
Destacados legisladores expresaron un optimismo cauteloso para dar algunos pasos en ese sentido.
"Hay más republicanos interesados en hablar sobre encontrar un camino a seguir esta vez que lo que hemos visto desde Sandy Hook", dijo el senador demócrata Chris Murphy a la cadena ABC, al evocar el tiroteo en la escuela primaria de ese nombre en 2012 en Newtown, Connecticut, que dejó 26 muertos.
El senador también demócrata Dick Durbin mostró confianza en que "habrá algunos" legisladores opositores que se manifiesten a favor de impulsar nuevas normas, mientras que Adam Kinzinger, republicano moderado de la Cámara de Representantes, que "ahora estoy abierto a una prohibición" de las armas de fuego o mayores requisitos para su compra y uso.
La vicepresidenta Kamala Harris había exhortado el sábado al Congreso a "tener coraje" para enfrentar al lobby de las armas, en alusión a la poderosa e influyente Asociación Nacional del Rifle (NRA), y cambiar la legislación vigente.
- Policía bajo la lupa -
El Departamento de Justicia anunció una investigación sobre la criticada respuesta policial al incidente, tras un pedido del alcalde de Uvalde, Don McLaughlin.
"El objetivo de la revisión es proporcionar un informe independiente de las acciones y respuestas de las fuerzas de seguridad ese día, e identificar las lecciones aprendidas y las mejores prácticas para ayudar a los primeros a responder", dijo el portavoz del Departamento, Anthony Coley, en un comunicado.
La Policía admitió haber tomado una "decisión errónea" al demorar su ingreso al centro educativo tras ser alertada del tiroteo.
En efecto, tardó cerca de una hora en poner fin a la masacre, a pesar de varias llamadas de niños que pedían una intervención. Los 19 agentes que se encontraban en el lugar esperaban la llegada de una unidad especializada.
Finalmente, el atacante, Salvador Ramos, un joven de 18 años dotado de un rifle semiautomático, fue ultimado por agentes policiales.
Los sobrevivientes del ataque dijeron haber realizado llamadas susurradas al 911 suplicando por ayuda.
La difusión de testimonios de niños que sobrevivieron a la matanza estremecieron al país. Samuel Salinas dijo que se tiró al piso para simular su muerte.
Lo mismo hizo Miah Cerrillo, de 11 años, para escapar de la atención de Ramos luego de ver que mató a su maestra tras decirle "buenas noches".
(Y.Yildiz--BBZ)