Zelenski insta a defender el sur de Ucrania y la OTAN teme que la guerra dure "años"
El presidente Volodimir Zelenski garantizó este domingo que Ucrania "no dará el sur del país a nadie" tras una visita a esta región del país, donde la guerra, según la OTAN, podría extenderse durante "años".
En un raro desplazamiento fuera de Kiev, donde pasa la mayor parte del tiempo por razones de seguridad desde el inicio de la ofensiva rusa, a finales de febrero, Zelenski viajó el sábado a Mikolaiv y visitó a tropas desplegadas cerca de Odesa, por primera vez desde el inicio de la invasión rusa.
"No daremos el sur a nadie, vamos a retomar todo, el mar será ucraniano y será seguro", dijo, en un video publicado en Telegram tras regresar a Kiev.
"Tienen confianza y, mirándoles a los ojos, es obvio que no dudan de su victoria", agregó Zelenski, refiriéndose a sus tropas.
Sin embargo, su optimismo chocó con el sombrío panorama perfilado por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien afirmó, en una entrevista publicada este domingo por el diario alemán Bild, que la guerra podría durar "años" y por ello los países occidentales deben prever un apoyo duradero a Ucrania.
"No debemos desfallecer en nuestro respaldo a Ucrania, aunque los costes sean elevados. No solamente en términos de apoyo militar, sino también por el aumento de los precios de la energía y los alimentos", dijo.
- "Las ganas de vivir de nuestro pueblo" -
Desde hace semanas, las tropas rusas concentran sus acciones en el este y el sur de Ucrania luego del fracaso en su intento de tomar la capital, Kiev, tras el inicio de la invasión.
"Las pérdidas son importantes, muchas casas han sido destruidas, la logística civil se ve afectada y hay numerosos problemas sociales", admitió Zelenski.
"He pedido que las personas que han perdido a sus seres queridos reciban una mayor asistencia. Vamos a reconstruir todo lo que ha sido destruido. Los misiles rusos son menores que las ganas de vivir de nuestro pueblo", afirmó.
Un video difundido por la presidencia ucraniana mostró a Zelenski, con el gobernador local, Vitalii Kim, en Mikolaiv, ante la fachada destruida de la sede de la administración regional, objetivo de un ataque ruso en marzo que dejó 37 muertos.
Esta ciudad portuaria e industrial que tenía medio millón de habitantes antes de la guerra sigue bajo control ucraniano, pero está cerca de Jersón, región prácticamente ocupada por los rusos.
Además, se encuentra en la carretera hacia Odesa, el mayor puerto de Ucrania, unos 130 km al suroeste, que está también bajo control ucraniano y en el centro de las negociaciones, ya que hay millones de toneladas de grano ucraniano bloqueadas allí.
Rusia, que controla esta zona del mar Negro, argumenta que las aguas están minadas.
- "No hay lugar seguro" -
En Kiev, miles de personas se reunieron el sábado para homenajear a un joven héroe, Roman Ratushny, de 24 años, figura del movimiento proeuropeo Maidán en Ucrania, muerto en combate por los rusos en el este del país.
Ante su féretro, envuelto con una bandera ucraniana amarilla y azul al pie de un monumento situado cerca de la plaza de la Independencia en Kiev, desfilaron numerosas personas de todas las edades en un gesto de reconocimiento.
Muertes como la suya dan un rostro a las numerosas víctimas que sufre Ucrania diariamente en esta guerra.
Especialmente dura es la batalla cerca de la localidad de Severodonetsk, en la región del Donbás (este), que desde 2014 ya estaba controlada parcialmente por separatistas prorrusos. El objetivo de Rusia parece ser ahora controlar totalmente esta cuenca minera, compuesta por las regiones de Lugansk y Donetsk.
Serguéi Gaidai, gobernador de la región de Lugansk, en la que se sitúan las ciudades de Severodonetsk y Lysychansk, advirtió de que en las últimas horas hubo más destrucción en la planta química de Azot, donde están refugiados más de 500 civiles, entre ellos 38 niños.
"La situación es difícil, en la ciudad (de Lysychansk) y en toda la región", afirmó el gobernador en una entrevista con la AFP.
"No hay ningún lugar seguro", admitió, mientras se escuchaban explosiones en los alrededores. Los rusos "bombardean nuestras posiciones las 24 horas del día", describió.
"Una expresión dice: hay que prepararse para lo peor y lo mejor vendrá sólo", cuenta Gaidai. "Por supuesto que tenemos que prepararnos", reitera el responsable, que teme que los rusos rodeen la ciudad y corten las carreteras que garantizan el suministro.
Poblada por cerca de 100.000 habitantes antes de la guerra, en Lysychansk apenas queda el 10%.
Y en la ciudad todo y todos parecen prepararse para los combates en la calle: los soldados cavan agujeros y ponen alambradas, la policía coloca coches calcinados para frenar el tráfico y muchos habitantes que aún estaban en la ciudad, deciden finalmente marcharse.
"Dejamos todo y nos vamos. Nadie puede sobrevivir a un ataque así", declara Alla Bor, profesora de historia.
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(A.Lehmann--BBZ)