Indígenas y gobierno miden fuerzas y avivan protestas de Ecuador
Ríos de manifestantes aumentan la presión en las calles militarizadas de Quito. Los indígenas y el gobierno de Ecuador miden fuerzas sin que aún se vislumbre una salida a diez días de crisis con protestas que dejan dos muertos y decenas de heridos.
Este miércoles el Ejecutivo rechazó el pedido indígena de derogar el estado de excepción que rige en seis de las 24 provincias y en la capital.
Ante la negativa, el movimiento de protesta volvió a la carga para exigir una reducción de precios de combustibles, entre otras acciones que amortigüen el costo de la canasta básica.
Llegados de varios puntos, más de 10.000 indígenas están en Quito desde el lunes. A su paso van quemando neumáticos y armando barricadas con troncos de árboles. Alambres de cuchillas, vallas metálicas y militares protegen la sede presidencial. La ciudad está semiparalizada.
El gobierno del conservador Guillermo Lasso tiene las "manos manchadas de sangre", lanzó el indígena Leonidas Iza, líder de la movilización, frente a la represión que denuncian los manifestantes.
Entre lunes y martes han muerto dos personas en medio de las protestas, según la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos, que además registra 90 heridos y 87 detenidos desde el 13 de junio. De acuerdo a la policía, hay 101 efectivos y soldados heridos.
No obstante Iza, presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), dijo que está dispuesto al "diálogo" sin intermediarios y bajo "veeduría" que garantice "resultados".
La jornada terminó en disturbios en algunos puntos. En la noche, una contraprotesta de más de cien vehículos de alta gama recorría la zona financiera retumbando sus bocinas y ondeando banderas de Ecuador.
- "Vivimos en crisis" -
Como punto de partida, la Conaie exige el levantamiento del estado de emergencia bajo el cual militares salieron de los cuarteles y se decretó un toque de queda nocturno en Quito.
Pero el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, fue rotundo: "No podemos levantar el estado de excepción porque eso es dejar indefensa a la capital", advirtió al canal Teleamazonas.
Con los acercamientos en puntos muertos, unos 4.000 manifestantes avanzan en otras localidades. El martes, un ataque a instalaciones policiales en la amazónica Puyo dejó un muerto y seis uniformados con heridas graves, según el ministerio del Interior.
Dieciocho policías están "desaparecidos" y tres más fueron "retenidos" por indígenas, añadió el jefe de la cartera, Patricio Carrillo, este miércoles.
Estamos "demasiado enojados con el gobierno", dijo a la AFP Olmedo Ayala, un indígena de 42 años que llegó a Quito desde la provincia de Cotopaxi.
"Vivimos en crisis económicamente en el campo, ahí no hay desarrollo, (...) solo somos agricultores y nuestras mujeres (viven) de sacar la leche" pero cada vez reciben menos dinero por ello, contó.
El diésel subió un 90% y la gasolina corriente un 46% en casi un año, lo que aumentó el costo de los fletes.
Los indígenas aseguran que están cosechando a pérdida. Desde octubre pasado los precios están congelados por la presión social, pero bajarlos como claman los indígenas le costaría al Estado más de 1.000 millones de dólares al año, según cifras oficiales.
La producción de petróleo cayó el martes en 31% (a 330.400 barriles por día).
Tras los cortes de vías y movilizaciones comienza a haber desabastecimiento, mientras en las calles estalla un grito de guerra: "¡fuera Lasso, fuera!".
- Llamado internacional -
El mandatario, que asumió la presidencia en mayo de 2021, ve en las protestas un intento de sacarlo del poder. La Conaie lideró revueltas populares que derrocaron a tres mandatarios entre 1997 y 2005.
"Solo queremos Lasso fuera, porque no hace nada bueno (...) estamos sufriendo; estamos luchando", dijo la indígena María Vega, de 47 años.
En 2019, la Conaie también protagonizó marchas que dejaron 11 muertos y más de 1.000 heridos en todo el país, así como pérdidas por 800 millones de dólares.
Sin mayor respaldo político, Lasso cuenta por ahora con el apoyo de los militares, que cerraron filas en torno al gobierno ante el "serio riesgo" que corre la "democracia", dijo el martes el jefe de Defensa, Luis Lara.
"Las Fuerzas Armadas no permitirán que se intente romper el orden constitucional o cualquier acción contra la democracia y las leyes", señaló el oficial en retiro rodeado de mandos militares.
La secretaría general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) pidió a las partes "entablar un diálogo", en el cual "se aborden los reclamos" indígenas.
Se necesitan "mejoras en subsidios, en la condonación de créditos vencidos, así como resolver el estado de emergencia en el sector salud y mejoras en el presupuesto de educación intercultural", añadió en un comunicado.
(G.Gruner--BBZ)