Bajo las bombas en Sloviansk, Ucrania: "Lo mejor es irse"
Con la escoba en una mano y un cigarrillo en la boca, Andrii Gerasimenko limpiaba el lunes los cascotes en el mercado central de Sloviansk, muy dañado por los bombardeos rusos de la víspera sobre esta ciudad del Donbás (este de Ucrania).
Cuando el cohete cayó en el mercado "ya había vuelto a casa, gracias a Dios", afirma Gerasimenko, de 38 años, que sin embargo está preocupado por el avance de las tropas rusas en la zona.
"Nos espera lo peor, ya he pensado en irme" de Sloviansk, que vio cómo se acercaba la línea del frente tras la caída de las localidades de Lysychansk el domingo y de Severodonetsk en los días previos.
Ambas ciudades están casi arrasadas tras días de duros combates y bombardeos.
En uno de los pasillos del mercado, casi desierto este lunes, Viktoria Koloty, de 33 años, confiesa que ya sacó a sus hijos de Sloviansk, una ciudad bombardeada desde hace más de una semana, pero no pudo llevarse consigo todas sus pertenencias.
"Volví para llevarme lo que pueda de mi casa. Lo mejor es irse, no va a mejorar" la situación, afirma esta vecina.
Solo durante el domingo murieron seis personas y 19 resultaron heridas como consecuencia de los bombardeos.
Natalia Butok acababa de salir del mercado cuando este fue alcanzado: "Escuché una explosión y vi el incendio", cuenta esta mujer, una de las pocas vendedoras que seguían en su puesto este lunes, tras el ataque.
Sobre su mostrador: jengibre, lechuga y un poco de tabaco.
"Espero que el futuro sea mejor", explica con una sonrisa Natalia Butok.
- "Que lo vea Putin" -
Mientras los comerciantes se afanan en limpiar los restos calcinados del mercado, los vecinos de Sloviansk recogen los cascotes de las calles de la ciudad.
En el patio de una casita calcinada, cuyo techo se vino abajo, Valentina Stelmakh afirma que se salvó de las bombas porque se encontraba en el sótano del edificio con su hermano y su cuñada.
"¿Por qué nos quieren matar? ¿De qué somos culpable? ¡Que paren!", grita esta mujer de 64 años. "Las gallinas, el perro y los gatos han muerto, ¿qué habían hecho?".
La casa de su vecino, sin embargo, tuvo mejor suerte. Un hombre saca a través de la puerta una gran pieza metálica, deformada por el calor: "Es un Uragan", explica, un tipo de cohete ruso, que encontró el domingo en su calle.
Los vecinos de Kramatorsk también pasaron el lunes recogiendo cascotes, después de que esta estratégica ciudad de Donetsk fuera bombardea durante los últimos días.
La caída de un cohete el domingo abrió un cráter de tres metros en una callejuela, y varias casas estaban dañadas. En el vecindario, un hombre afirma: "Que lo vea Putin".
(O.Joost--BBZ)