Líder británico se aferra al cargo mientras siguen renunciando ministros
El primer ministro británico, Boris Johnson, se aferraba el jueves a su cargo tras desafiar los llamados cada vez más numerosos a que renuncie, incluso de varios de sus ministros más fieles, a uno de los cuales destituyó en la vispera.
Johnson destituyó en la noche del miércoles al secretario de las Comunidades, Michael Gove, quien le sugirió que renunciara por el bien del partido Conservador y del país.
En total, más de 40 ministros y asistentes renunciaron al gobierno desde la noche del martes y se esperan más renuncias próximamente.
A lo largo de la jornada del miércoles, el líder conservador enfrentó a los miembros de su gabinete que le dijeron que era tiempo de irse, según medios locales.
Entre ellos, el ministro de Finanzas, Nadhim Zahawi, nombrado en la noche del miércoles, y la ministra del Interior Priti Patel.
Gove fue la mano derecha de Johnson en la campaña de 2016 por el Brexit, pero optó por enfrentarlo en la disputa como líder de los Conservadores ese mismo año y luego en 2019.
El diario The Sun publicó que Johnson le dijo a sus colegas que tendrían que mancharse "de sangre las manos" para sacarlo del cargo.
Aliados del primer ministro dijeron que va a "seguir luchando", y su secrtario parlamentario privado, James Duddridge, afirmó en Sky News que Johnson "está animado".
Pero la mañana del jueves, las portadas de la prensa británica destacaron la situación precaria en que se encuentra el jefe del gobierno.
"Johnson lucha por sobrevivir", tituló en primera página el diario The Times, resumiendo el sentimiento general de la prensa al comentar lo que el Daily Telegraph califica de "motín".
El Daily Express, diario favorable a los conservadores, se refirió a la "última batalla" de Johnson, mientras que el Daily Telegraph agrega que el primer ministro estaba "herido de muerte".
En el otro lado del espectro político, The Guardian condenó a Johnson por estar "desesperado y engañado".
A su vez, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, lo acusó de dar un "espectáculo patético" en "el último acto de su carrera política".
- Sin gobierno funcional -
Este nuevo capítulo de la creciente crisis política que vive el Reino Unido desde hace meses empezó cuando el martes por la tarde los ministros de Salud, Sajid Javid, y Finanzas, Rishi Sunak, anunciaron casi al mismo tiempo sus dimisiones.
El miércoles, siguieron su ejemplo decenas de miembros del gabinete, de menor rango, en una incesante sangría de secretarios de Estado, mientras algunos de sus más fieles colaboradores se esforzaban por defenderlo.
Las renuncias de Javid y Sunak tuvieron lugar horas después de que Johnson se disculpara por enésima vez, reconociendo que cometió un "error" al haber nombrado en un importante cargo parlamentario a Chris Pincher, responsable conservador que la semana pasada renunció acusado de toquetear a dos hombres, uno de ellos diputado.
Tras haber afirmado lo contrario, Downing Street reconoció el martes que el primer ministro fue informado en 2019 de anteriores acusaciones contra Pincher, pero que las había "olvidado".
Los británicos esperan que el gobierno se comporte de manera "competente" y "seria" y "es por esto que dimito", escribió Sunak. Por su parte, Javid consideró que los británicos necesitan "integridad de parte de su gobierno".
Un tercer miembro del gabinete, el secretario galés Simon Hart, renunció la noche del miércoles.
La exjefa de la unidad política del primer ministro, Camilla Cavendish, dijo a la BBC que Reino Unido ya no tiene "un gobierno funcional".
- Maniobra contra Johnson -
El primer ministro sobrevivió a principios de junio a un voto de censura de sus propios diputados, lanzado en un intento de bajarlo del poder.
Apoyado por 211 de sus 359 legisladores, salvó el puesto, pero los 148 votos en su contra hicieron patente que el descontento no dejaba de crecer.
Las normas del partido establecen que este procedimiento no se puede repetir durante el próximo año. Pero muchos piden un cambio para volver a intentar inmediatamente otra maniobra contra Johnson.
Desde el denominado "partygate" -el escándalo por las fiestas organizadas en Downing Street durante los confinamientos de 2020 y 2021-, hasta la irregular financiación de la lujosa reforma de su residencia oficial, pasando por acusaciones de amiguismo, los escándalos en torno a Johnson se multiplican.
Campeón de las legislativas de 2019, cuando logró la más importante mayoría conservadora en décadas gracias a la promesa de realizar el Brexit, el primer ministro cae ahora en picado en las encuestas.
Según los sondeos, una mayoría de británicos lo considera un "mentiroso".
Va a ser investigado por una comisión parlamentaria para determinar si engañó a sabiendas a los diputados cuando en diciembre negó la celebración de fiestas que violaban la legislación anticovid.
Y el hecho de que afirmara desconocer las acusaciones contra Pincher, cuando muchos aseguraban lo contrario, y acabara reconociendo su "olvido", refuerza las acusaciones de que el primer ministro juega con la verdad.
Recientes reveses electorales, los últimos el 23 de junio, en dos legislativas parciales, han convencido a un creciente número de rebeldes en el Partido Conservador de que Johnson ya no puede liderarlos hacia unas nuevas elecciones generales en 2024.
(K.Müller--BBZ)