López Obrador y Biden hablan de migración y cierran filas tras tensiones
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió el martes a su par estadounidense, Joe Biden, que permita entrar a más migrantes con visas de trabajo, en un encuentro en la Casa Blanca en el que escenificaron una relación "fuerte" pese a recientes tensiones.
Hay que "actuar juntos" porque "vivimos tiempos difíciles", con las secuelas de la pandemia y la guerra en Ucrania, "que agravó la crisis económica e impulsó la espiral inflacionaria", afirmó López Obrador.
Cuando todavía está en mente de todos la tragedia de los más de 50 migrantes muertos en un tráiler en Texas, la migración fue el tema dominante de la reunión.
López Obrador abogó por "ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada a Estados Unidos de obreros, técnicos y profesionales de las distintas disciplinas, mexicanos y centroamericanos, con visas temporales de trabajo" y consideró "indispensable" regularizar a los migrantes que desde hace años "contribuyen al desarrollo" del país, en referencia a una vía hacia la ciudadanía, una de las promesas de Biden truncadas por el Congreso.
"Sin un programa atrevido de desarrollo y bienestar no será posible resolver los problemas, ni conseguir el apoyo del pueblo", soltó a pocos meses de las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre, en las que los demócratas pueden perder el control del Congreso.
En el encuentro no se ha determinado una nueva cifra de visados temporales, que en el caso de las agrícolas dependen de la demanda.
En un comunicado conjunto difundido por la noche, los dos presidentes afirman que "están tomando medidas inmediatas y coordinadas para gestionar los flujos sin precedentes de migrantes" en virtud del acuerdo sobre migración firmado en la Cumbre de las Américas. No especifican cuáles.
- Modernizar la frontera-
"Al mismo tiempo, mantendremos fuertes políticas de control fronterizo", añade, cuando desde hace meses aumenta el número de migrantes a lo largo de la frontera sur, superando los 200.000 cada mes.
En esa frontera se proponen combatir el tráfico de fentanilo, de armas y de personas. Y en un intento por mejorar su seguridad han puesto en marcha un plan de varios años de modernización de la infraestructura.
Estados Unidos costeará 3.400 millones de dólares y México se ha comprometido a invertir, según el comunicado, 1.500 millones de dólares entre 2022 y 2024, es decir 800 más de los 700 anunciados en mayo por el gobierno.
Esperan asimismo lanzar un grupo de trabajo bilateral sobre vías de migración laboral y otro para dar una respuesta transfronteriza a la migración infantil.
En esta segunda reunión en persona entre los dos presidente se habló además de la inflación galopante en ambos países.
López Obrador propuso "garantizar al doble el abasto" de gasolina para ayudar a los estadounidenses que se surten en México, donde es más barata, hasta que bajen los precios en Estados Unidos y puso "a disposición de su gobierno más de 1.000 km de gasoductos" a lo largo de la frontera para transportar gas por un volumen capaz de abastecer de energía eléctrica a unos tres millones de personas.
Estimó que hay margen para "suspender de inmediato" algunos aranceles que no ha eliminado el tratado comercial de Norteamérica T-MEC, para rebajar los precios a los consumidores, y sugirió "un plan de inversión privada y pública (...) para producir bienes" y así evitar importarlos de otros países".
"Hemos acordado combatir de forma conjunta la inflación acelerando la facilitación del comercio bilateral y reduciendo los costos comerciales", afirman en el comunicado final.
Con el objetivo de mejorar la seguridad alimentaria, México planea comprar a Estados Unidos hasta 20.000 toneladas de leche en polvo y un millón de toneladas de fertilizante para distribuir a pequeños productores de maíz, y frijol.
Los dos presidentes se esmeraron en dar una imagen de unidad dejando a un lado sus diferencias.
"No será la primera ni la última ocasión en que cerremos filas para ayudarnos mutuamente, a pesar de nuestras diferencias y de agravios que no resultan fácil de olvidar ni con el tiempo ni con los buenos deseos", dijo López Obrador en la Casa Blanca.
"En muchas ocasiones hemos podido coincidir y trabajar como buenos amigos y verdaderos aliados", añadió, antes de la reunión a puerta cerrada.
El presidente estadounidense calificó a López Obrador de "amigo" y "aliado" con quien mantiene "una relación fuerte y productiva" a pesar de que los titulares de la prensa digan lo contrario.
"No significa que no tengamos problemas. Los tenemos. Y creemos, creo, que trabajando con usted podemos ayudar a resolverlos", añadió.
- Tensiones bilaterales -
En los últimos meses hubo desencuentros.
López Obrador no participó en la Cumbre de las Américas, en protesta por la negativa de la Casa Blanca a invitar a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y tomó la defensa del fundador de Wikileaks Julian Assange, procesado por una filtración masiva de documentos confidenciales de Estados Unidos.
Además su reforma energética bloquea miles de millones de dólares de inversiones y México se niega a sumarse a las sanciones internacionales contra Rusia por haber invadido Ucrania.
Antes de la reunión a solas, Biden mencionó una de sus prioridades de política exterior: contrarrestar la influencia de China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y primer o segundo socio comercial de muchos países de América Latina y el Caribe.
Pekín presenta "problemas reales" pero "se pueden solucionar", dijo.
Por la mañana López Obrador también se reunió con la vicepresidenta Kamala Harris y por la tarde rindió homenaje a Franklin D. Roosevelt y al defensor de los derechos humanos Martin Luther King. El miércoles mantendrá un encuentro con empresarios.
(H.Schneide--BBZ)