El primer ministro de Italia Mario Draghi dicta sus condiciones para seguir gobernando
El primer ministro italiano, Mario Draghi, expuso este miércoles ante el Senado las condiciones para seguir gobernando y salir de la actual crisis que atraviesa Italia con un nuevo "pacto" político.
En un denso discurso, el ex presidente del Banco Central Europeo cuestionó directamente a los partidos de su amplia coalición, que incluye desde la derecha hasta la izquierda, sobre su futuro en el cargo y dejó abierta la puerta para seguir en el poder, aunque dictó claramente sus condiciones.
"La única forma de avanzar si queremos permanecer juntos es reconstruir un pacto (de gobierno) con valentía, desinterés y credibilidad", propuso Draghi.
"¿Ustedes, partidos y parlamentarios, están listos para reconstruir ese pacto? ¿Están listos para confirmar ese esfuerzo que hicieron durante los primeros meses y que luego se debilitó?", preguntó. "No me deben dar la respuesta a esa pregunta a mí, sino a todos los italianos", dijo.
El jefe de Gobierno explicó los motivos de su renuncia la semana pasada y enumeró las reformas pendientes que necesitan el apoyo de los partidos. "Usó el palo y la zanahoria", resumió Francesco Galietti, analista de Policy Sonar.
El primer ministro italiano expuso los desafíos internos (recuperación económica, inflación, empleo) y externos (independencia energética, guerra en Ucrania) a los que se enfrentan Italia y la Unión Europea, los cuales "requieren de un Gobierno verdaderamente fuerte y unido y de un Parlamento que lo acompañe con convicción", subrayó.
Draghi, que admitió haber recibido numerosas presiones en los últimos días para mantenerse en el cargo, ilustró también los logros alcanzados en 17 meses como primer ministro así como su futuro programa.
El prestigioso economista, de 74 años, envió un mensaje también a los antisistema, que le retiraron el apoyo la semana pasada a un decreto ley clave, al referirse a la introducción de un salario mínimo, que la derecha cuestiona y es uno de los temas que desata fuertes disputas.
- Las reformas pendientes -
"Es importante para reducir la pobreza, aunque se puede mejorar", recalcó en una suerte de apertura.
Sin embargo, reconoció que las disputas internas y el "deseo de distinguirse" de algunos partidos, en alusión a los antisistema del Movimiento 5 Estrellas, han minado la confianza en su gobierno.
"Un primer ministro que no ha sido elegido debe contar con el apoyo más amplio posible. La unidad nacional es la garantía", dijo.
"No votar la moción de confianza a un gobierno es un gesto claro. No es posible ignorarlo. No es posible minimizarlo porque llega después de meses de golpes y ultimátums", confesó.
Una eventual caída del gobierno de unidad podría desatar una ola de malestar social ante la inflación galopante, amenazar el gigantesco plan de recuperación financiado por la Unión Europa y alimentar el nerviosismo de los mercados.
Según las encuestas, la mayoría de los italianos desean que Draghi siga en el cargo, una de las razones por lo que ha dado marcha atrás y no confirmó su renuncia.
El primer ministro deberá comparecer el jueves ante la Cámara de Diputados, según el método decidido por la república parlamentaria.
El economista, considerado el salvador del euro, ha sufrido todo tipo de presiones, en particular de la sociedad civil, tanto de alcaldes como de empresarios, para que se quede al frente de su Ejecutivo.
Después de abierto el debate, en el que cada partido ilustrará su posición, una moción de confianza definirá con cual mayoría cuenta para seguir o no gobernando.
El mayor partido de izquierda, el Partido Democrático (PD) confirmó su total apoyo.
"Si ya estábamos convencidos en los últimos días de renovar la confianza en el gobierno de Draghi, lo estamos aún más después de escucharlo", tuiteó el líder del Partido Democrático (PD, izquierda, Enrico Letta.
Persisten las dudas sobre la actitud de Forza Italia, el partido de derecha liderado por el ex primer ministro Silvio Berlusconi, y la ultraderechista Liga, del populista Matteo Salvini, los cuales se niegan a permanecer en el gobierno junto con los antisistema.
Profundamente divididos ante la crisis, es posible que otra tanda de parlamentarios antisistema abandone sus filas y termine por otorgarle la confianza.
Para la agencia calificadora Fitch "la incertidumbre" política es lo que dificulta las reformas estructurales y fiscales que necesita el país.
(U.Gruber--BBZ)