Tribunal chino estudia recurso del primer caso del movimiento #MeToo del país
Un tribunal de Pekín juzga este miércoles en apelación un caso de acoso sexual contra un conocido presentador televisivo que está considerado el primero del movimiento #MeToo en la historia del país.
Zhou Xiaoxuan, de 29 años, acusó en 2018 al presentador Zhu Jun de haberla besado y acariciado por la fuerza cuatro años antes, cuando ella era becaria en la televisión pública CCTV.
Después de tres años de batalla judicial, un tribunal de Pekín rechazó en septiembre de 2021 su denuncia estimando que no existían pruebas suficientes.
Las acusaciones de la joven provocaron una avalancha de testigos similares en redes sociales, a imagen de las denuncias del movimiento #MeToo en los países occidentales.
La denunciante recurrió la sentencia, que será reexaminada a partir de las 14H00 (06H00 GMT) del miércoles en Pekín.
"Me siento todavía un poco asustada y deprimida", dijo a AFP antes de la audiencia. "El primer proceso fue como una segunda herida profunda", agregó.
Sus abogados intentarán en esta ocasión acceder a más pruebas, como las transcripciones de la policía de las entrevistas con sus padres tras el incidentes y los videos de las cámaras de vigilancia, indicó.
El acusado, que no asistió a ninguna de las vistas, denunció a la mujer por difamación, pero esta no ha tenido noticias del caso.
Zhou Xiaoxuan, que se presenta también bajo el seudónimo de Xianzi, pide excusas públicas y una indemnización por daños de 50.000 yuanes (7.400 dólares, 7.200 euros).
La primera audiencia en este caso, en diciembre de 2020, congregó a una multitud poco habitual en el exterior del tribunal. La policía detuvo a reporteros extranjeros, incluidos de la AFP.
"La forma en que se desarrolló mi caso fue realmente dura", dijo Zhou Xiaoxuan. "Temo que otras víctimas tengan miedo de defender sus derechos después de ver lo que he vivido", añadió.
La denuncia inicial se interpuso en nombre de un ataque a la integridad corporal, pero los abogados de la mujer trataron de reformularla en base a una nueva ley antiacoso votada en 2020.
A pesar de esta legislación, las chinas recelan antes de denunciar los casos de acoso y pocos terminan ante la justicia.
(G.Gruner--BBZ)