Judíos ortodoxos de Ucrania encuentran refugio en Hungría
A orillas del lago Balatón, oeste de Hungría, en un campo de refugiados especial para judíos practicantes, Rina Jalilova, 18 años, se siente como en su casa, con comida kosher, discusiones religiosas y un lugar de natación exclusivo para mujeres.
"Me siento genial aquí. Es muy importante para nosotros que haya comida kosher y poder nadar... esto es tranquilo y hermoso", dice Rina Jalilova, que ayuda a entretener a los niños del campo jugando y pintando con ellos.
El refugio "Machne Chabad" fue pensado para acoger a refugiados judíos ucranianos "que quieren mantener sus costumbres religiosas", explica el rabino Slomo Koves, que ayudó a establecer esta aldea "única".
- Flujo constante -
El complejo, situado en la ciudad turística de Balatonoszod, a 130 kilómetros al suroeste de Budapest, era un centro vacacional para los funcionarios del gobierno húngaro, pero llevaba una década en desuso.
La invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero hizo que un rabino ucraniano pidiera ayuda y Koves, que preside la Asociación de Comunidades Judías Húngaras (EMIH), asumió el llamamiento para encontrar un refugio para las personas.
Así, solicitó al gobierno húngaro que se le permitiera usar el enorme complejo de 180.000 metros cuadrados compuesto por cerca de 40 edificaciones y, contando con financiación principalmente de donantes privados de Estados Unidos y Europa occidental, logró abrir a tiempo para la fiesta de Pesach (Pascua) en abril.
Desde entonces, por allí han pasado unas 2.000 personas y "ahora estamos llenos", explica Alina Teplitskaya, directora de la Federación de Comunidades Judías de Ucrania, que administra el campamento.
"Hay unas 500 personas esperando para entrar, pero no tenemos lugar para todas", agrega.
- Seguir el viaje -
Mientras se prepara pescado en la cocina para el almuerzo de acuerdo con las estrictas reglas kosher, los hombres barbudos rezan en el comedor y un grupo de mujeres discute la Torá.
La invasión de Rusia supuso la última prueba para la menguante comunidad judía del país, que históricamente ha sufrido pogromos antisemitas, el Holocausto y las purgas de la era comunista.
"Este es un lugar tranquilo para que las personas traumatizadas reflexionen y piensen en los próximos pasos...", explica a la AFP Yaakov Goldstein, un padre de tres hijos de 33 años.
Goldstein, rabino, ayudó a evacuar a miles de personas, principalmente judías, de toda Ucrania.
Margarita Yakovleva, cineasta de 40 años, dijo a la AFP que decidió huir después de un ataque aéreo ruso en marzo cerca del sitio conmemorativo del Holocausto Babi Yar en Kiev, el lugar de una masacre nazi en la que murieron más de 33.000 personas, la mayoría, judíos.
"Estaba en mi apartamento cerca de Babi Yar cuando cayeron las bombas. Fue terrible, como un terremoto", explica.
Mientras algunos en 'Machne Chabad' todavía albergan esperanzas de regresar a Ucrania, otros quieren seguir viajando y muchos no saben qué les depara el futuro.
La joven Rina Jalilova llegó desde Odesa en mayo junto a sus padres, tres hermanos y su abuelo, tras pasar tres meses en Berlín. "No tenemos planes, así que ya veremos", explica.
(Y.Berger--BBZ)