Brasil se engalana para recibir el corazón de su primer emperador
Militares en trajes históricos, un espectáculo aéreo y un cortejo solemne: las autoridades en Brasilia se vistieron de gala este martes para dar la bienvenida oficial al corazón embalsamado de Pedro I, primer emperador de Brasil, prestado por Portugal.
Custodiado por el jefe de la Policía de la ciudad portuguesa de Oporto, Antonio Leitao da Silva, la reliquia de 187 años escaló la rampa del modernista palacio presidencial del Planalto y fue recibido por el mandatario Jair Bolsonaro y la primera dama, Michelle.
Aviones de la "Esquadrilha da Fumaça", el cuerpo de exhibición de la fuerza aérea, hicieron piruetas al atardecer sobre la Plaza de los Tres Poderes, en el epicentro de la capital brasileña, formando con humo un corazón en el cielo.
La urna dorada de nueve kilos, que contiene el corazón embalsamado del monarca, desfiló escoltada por guardiasiembros del cuerpo "Dragones de la Independencia", en un acto enmarcado en los festejos por el bicentenario de la separación de Brasil de Portugal, el 7 de septiembre.
Pedro I declaró a Brasil país independiente en 1822, y estableció ahí un imperio constitucional, pero abdicó nueve años después y volvió a Portugal, donde derrotó los intentos de devolver el país europeo a una monarquía absolutista.
Tras su muerte, su figura fue celebrada en ambos países como un defensor de las causas liberales.
Su corazón había permanecido en la iglesia Nuestra Señora de Lapa, en Oporto, Portugal, mientras que el resto de su cuerpo fue devuelto a Brasil en 1972 y reposa en un monumento a la independencia en Sao Paulo.
Por primera vez fuera de tierras lusitanas, el órgano embalsamado recibió en Brasil los honores de una "visita de Estado" desde que llegó el lunes.
Quedará en la sede de la cancillería, exhibido bajo estrictas condiciones ambientales y un aforo restringido, antes de volver a Oporto el 8 de septiembre.
Bolsonaro y su esposa posaron para una foto junto al corazón con estudiantes de la escuela militar Dom Pedro, que estallaron en gritos de "Mito, mito", como suelen llamar sus seguidores al mandatario, quien busca la reelección en octubre.
Bolsonaro fue breve en su intervención: "Dos países unidos por la historia, conectados por el corazón. 200 años de independencia, una eternidad en libertad por delante", dijo tras la ceremonia.
"Dios, Patria, Familia, viva Portugal, viva Brasil", concluyó.
(P.Werner--BBZ)