Dirigentes rivales de Libia se culpan mutuamente por sangrientos combates
Los dos primeros ministros rivales en Libia rechazaron este domingo su responsabilidad en los enfrentamientos entre grupos armados en Trípoli, la capital, con saldo de 32 muertos y más de 150 heridos, agitando el espectro de la guerra.
Desde marzo, dos gobiernos se disputan el poder en el país petrolero hundido en el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi: uno basado en Trípoli (oeste) y dirigido por Abdelhamid Dbeibah desde 2021, y otro, encabezado desde marzo por el exministro del Interior Fathi Bashagha con el apoyo del mariscal Jalifa Haftar, hombre fuerte del este.
En un discurso publicado en la página de Facebook del gobierno, Dbeibah acusó a sus rivales de responder a "agendas extranjeras", llamándolos "criminales" y "golpistas" y denunciando que habían "librado la guerra en la capital con tanques y armas pesadas".
"Procesaremos a todos los que están involucrados" en la violencia, dijo, y prometió reubicar ciertos cuarteles generales de grupos armados fuera del centro de la capital.
Su rival, Bachagha, al frente de un ejecutivo con sede en Sirte, unos 500 km al este de Trípoli, acusó a Dbeibah, a "su familia gobernante y sus bandas armadas" de ser los "responsables de la sangre vertida (...) debido a su obsesión por el dinero y el poder".
Sin embargo, según los medios y analistas locales, los enfrentamientos fueron un intento fracasado de Bashagha por desalojar al gobierno de Dbeibah de Trípoli. En mayo, ya había intentado, sin éxito, tomar la capital.
- "Aterrorizados" -
Los comercios reabrieron y los vuelos se reanudaron el domingo en Trípoli tras los choques entre grupos armados que dejaron al menos 32 muertos y 159 heridos, según un nuevo balance del ministerio de Salud difundido el domingo.
Los daños causados en los violentos combates que se produjeron entre el viernes y el sábado son visibles en toda la ciudad, con los muros de muchos edificios con impactos de balas y decenas de coches calcinados. Seis hospitales fueron alcanzados por los ataques.
"Estábamos realmente aterrados", dijo Lotfi Ben Rajab, un residente jubilado. "Los combates eran extremadamente violentos. Un cohete cayó en el salón de mi vecino pero, gracias a Dios, no explotó".
Grupos armados considerados neutrales en el pulso político, como Force al-Radaa, se alinearon con el bando de Dbeibah, jugando un papel decisivo en el fin de los enfrentamientos.
En una carta publicada por la prensa local, el fiscal general libio solicitó a la Dirección de Pasaportes que prohibiera viajar a Bashagha, a varios de sus ministros y a su aliado clave y exjefe de inteligencia militar Usama Juili.
La Fuerza de Operaciones Conjuntas, una poderosa milicia pro-Dbeibah, afirmó haber arrestado a varios "atacantes" involucrados en el golpe fallido del viernes.
Estos últimos enfrentamientos suponen una escalada sin precedentes desde el fracaso en junio de 2020 del intento del mariscal Haftar de conquistar militarmente la capital.
- Llamado al diálogo -
La ONU instó el domingo a "las partes libias a entablar un verdadero diálogo para resolver el estancamiento político actual y a no recurrir a la fuerza para resolver sus diferencias".
Las tensiones entre grupos armados fieles a uno u otro de los dirigentes rivales se han incrementado estos últimos meses en la capital.
Libia, sumida en la crisis desde hace más de una década, ha tenido una decena de gobiernos y no ha conseguido celebrar elecciones presidenciales.
El gobierno temporal en Trípoli es el resultado de un proceso de principios de 2021 auspiciado por la ONU, con el objetivo de organizar elecciones.
El Parlamento, con sede en el este, considera que el mandato de Dbeibah ha terminado y por ello designó en febrero a Bashagha como primer ministro. Dbeibah, por su parte, asegura que sólo entregará el poder a un gobierno elegido democráticamente.
La situación de seguridad en el país sigue siendo muy inestable, sobre todo en la capital, donde siguen activas numerosas y poderosas milicias.
(T.Renner--BBZ)