Medio siglo después de los JJOO de Múnich, Alemania e Israel acuerdan indemnizaciones
Cincuenta años después de la sangrienta toma de rehenes en los Juegos Olímpicos de Múnich, el gobierno alemán y las familias de las víctimas israelíes lograron el miércoles un acuerdo sobre indemnizaciones.
Según una fuente gubernamental, el Ejecutivo federal, la región de Baviera y la ciudad de Múnich pagarán unos 28 millones de euros (prácticamente la misma cantidad en dólares) a las familias de las víctimas del ataque, que se saldó con la muerte de once atletas israelíes al cabo de una caótica operación de rescate.
El pacto, acogido positivamente por el presidente israelí, pone fin a unas negociaciones confidenciales que duraron décadas. Se produjo días antes de la conmemoración del ataque terrorista, único en la historia de los Juegos Olímpicos.
"El gobierno federal aplaude el acuerdo con las familias de las víctimas", reaccionó el portavoz del gobierno de Olaf Scholz, Steffen Hebestreit.
El presidente israelí, Isaac Herzog, expresó su "gratitud" con Alemania por unas indemnizaciones destinadas a reparar una "injusticia histórica".
- Documentos desclasificados -
La cuestión de las indemnizaciones había causado enfado entre los familiares de las víctimas, que consideraban demasiado bajas las cifras propuestas por el gobierno alemán, al punto de haber amenazado con no acudir al acto de conmemoración previsto el lunes en Baviera.
Cincuenta años después, ni Alemania ni Israel han olvidado la "Masacre de Múnich".
El 5 de septiembre de 1972, ocho miembros de la organización palestina "Septiembre Negro" entraron en un apartamento de la delegación israelí en la villa olímpica y mataron a dos atletas israelíes. Se llevaron a otros nueve miembros de la delegación como rehenes, con la esperanza de intercambiarlos por 232 prisioneros palestinos.
La intervención de los servicios de seguridad alemanes en la base militar de Fürstenfeldbruck, a unos 30 kilómetros de Múnich, se saldó con la muerte de todos los rehenes, un desenlace sangriento por el que, en parte, las autoridades de Alemania Occidental fueron dadas por responsables. En la operación fueron abatidos nueve atacantes palestinos, y otros tres fueron detenidos.
El acuerdo también prevé la puesta en marcha de una comisión de historiadores alemanes e israelíes que tendrán acceso a documentos clasificados hasta la fecha, para que arrojen luz sobre el ataque y el fiasco policial.
Con este acuerdo, Alemania "cumple con su obligación histórica con las víctimas y sus familias, en el contexto de la relación especial germano-israelí", agregó el portavoz.
Según Hebestreit, el pacto debe "crear las condiciones para abordar un capítulo doloroso de nuestra historia común, para reconocerlo como es debido y sentar las bases de una nueva cultura de la memoria".
- Amenazas de boicot -
Tras el anuncio, los presidentes alemán, Frank-Walter Steinmeier, e israelí, Isaac Herzog, afirmaron que participarán en la ceremonia organizada el lunes en Baviera.
"Quiero expresar mi gratitud por este importante paso dado por el gobierno alemán, liderado por Scholz, asumiendo su responsabilidad y otorgando compensaciones por la injusticia histórica infligida a las familias de las víctimas de la masacre de Múnich", dijo Herzog en un comunicado.
Las familias de las víctimas habían advertido el 11 de agosto que boicotearían las conmemoraciones previstas en Alemania por el 50º aniversario de la tragedia, considerando insuficiente la compensación propuesta.
Los familiares reclamaban a las autoridades alemanas "disculpas públicas" por "todos sus errores" y sus "mentiras" en el caso, y que "abrieran todos" sus archivos, además de una "compensación justa".
El Ejecutivo alemán había ofrecido una compensación total de 10 millones de euros para los 23 parientes directos de las víctimas, pagando ahora unos 5,4 millones de euros, que se sumarían a los 4,5 millones ya abonados en 1972 y 2002.
"Nos dijeron que deben respetar lo que las víctimas alemanas de terrorismo reciben (...), pero en nuestro caso no se trata de un asunto local en el que el gobierno alemán no es culpable", había declarado en aquel entonces la portavoz de las familias de las víctimas, Ankie Spitzer, quien tildó de "insulto" la oferta hecha por el gobierno alemán.
(S.G.Stein--BBZ)