Angustia e incertidumbre por las nuevas normas de entrada en Cisjordania
En su despacho de Ramala, el abogado palestino Rasem Kamal lleva meses atendiendo a extranjeros angustiados por la entrada en vigor este lunes de las restrictivas normas de entrada y residencia en Cisjordania, impuestas por Israel.
Publicada en febrero, la nueva normativa de entrada en Cisjordania, un territorio palestino ocupado desde 1967 por Israel, afecta a los extranjeros que quieran residir, trabajar, hacer voluntariado o estudiar.
La entrada en vigor fue pospuesta en dos ocasiones e impugnada ante la Corte Suprema de Israel por 19 denunciantes. Entre ellos, la organización israelí de derechos humanos Hamoked, que la considera "extremadamente restrictiva" y llena de criterios "intrusivos y superfluos".
A partir de ahora, un extranjero que desee instalarse en Cisjordania no podrá obtener un visado a su llegada. Deberá pedirlo 45 días antes, especificar si tiene familiares de primer grado en Cisjordania, e indicar si es propietario de tierras o si va a heredarlas.
Salvo excepción, tampoco podrá acceder a Cisjordania a través del aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel Aviv, sino que deberá hacerlo por el paso terrestre de Puente Allenby, entre Jordania y Cisjordania, controlado por Israel y donde es habitual que se formen larguísimas colas.
La nueva normativa pide en algunos casos depositar una garantía que puede alcanzar los 70.000 shekel (20.000 dólares), y obliga entre dos visados a una pausa de varios meses fuera del territorio.
Por todo ello, los extranjeros con negocios en Cisjordania, incluidos muchos palestinos con pasaporte de otro país, "han ido corriendo" este verano a ver a Rasem Kamal para hacer procuraciones en favor de sus parientes y así cerrar las gestiones pendientes.
"Saben que cuando se apliquen estas normas, puede verse restringida su posibilidad de venir aquí", dice el abogado.
- Impacto en las parejas extranjeras -
La regulación afectará directamente a las parejas de nacionalidad extranjera de los palestinos residentes en Cisjordania, que tendrán así que marcharse al expirar su visado, antes de pedir otro meses después. Esto privará "a miles de familias palestinas del derecho a vivir juntas sin interrupción y a llevar una vida de familia normal", denuncia la asociación israelí Hamoked.
En tanto que potencia ocupante en Cisjordania, Israel puede disponer las políticas que considere necesarias en nombre de su seguridad y del "bienestar de la población local", según la ley humanitaria internacional, indica Jessica Montell, directora de Hamoked.
"Pero esta normativa no tiene que ver con lo uno ni con lo otro", afirma. El objetivo, sostiene, es "restringir el crecimiento de la población palestina a través del reagrupamiento familiar" e impedir "el arraigo" de los extranjeros en este territorio, que cuenta con 2,9 millones de palestinos y 475.000 colonos israelíes.
- Educación y salud, también afectadas -
Las medidas "draconianas" de la nueva normativa tendrán igualmente "un grave impacto en la labor humanitaria", apunta el médico canadiense Benjamin Thomson, director del proyecto "Keys of health", y que figura entre los denunciantes que recurrieron a la justicia.
"Las nuevas normas impedirán la entrada en Cisjordania de muchos profesionales de la salud", dice a AFP, y denuncia "la incertidumbre" reinante en cuanto a la concesión y renovación de visados para su organización, que forma a médicos palestinos.
Solicitado por AFP, el Cogat, un órgano del ministerio israelí de Defensa que supervisa a las autoridades civiles en los territorios palestinos, explicó que estas medidas permitirán gestionar los pedidos de visados "de manera más eficaz y adaptada a las condiciones cambiantes del momento".
El Cogat destacó que "por primera vez" se formula claramente la política de visados para profesores, estudiantes y otros residentes, y explicó que el dispositivo se pondrá a prueba durante dos años.
Por otro lado, la normativa afecta al programa europeo de intercambio educativo Erasmus+, al imponer cuotas en el número de profesores universitarios (150 por año) y estudiantes (100) en las universidades palestinas.
En 2020, 366 estudiantes y profesores europeos pasaron el curso en esos centros.
A su vez, 1.803 estudiantes y profesores israelíes estuvieron el mismo año en universidades europeas.
"Israel se beneficia en buena medida del programa Erasmus+, por lo que la Comisión Europea considera que debería facilitar y no complicar el acceso de los estudiantes a las universidades palestinas", dijo en julio la comisaria de Educación de la UE, Mariya Gabriel.
(B.Hartmann--BBZ)