Francia y Alemania acuerdan ayuda mutua para enfrentar crisis de gas ruso
Francia y Alemania se suministrarán mutuamente energía en caso de necesidad durante el invierno, anunció este lunes el presidente Emmanuel Macron, quien cuestionó un gasoducto impulsado por España para contrarrestar la disminución del gas suministrado por Rusia a Europa.
"Vamos a finalizar las conexiones gasísticas para poder suministrar gas a Alemania (...) si necesitara solidaridad" y esta última se preparará "para producir más electricidad y suministrar[la a Francia] en situaciones de pico" de consumo, agregó Macron en rueda de prensa.
El mandatario francés daba cuenta en rueda de prensa de una conversación con el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, sobre la crisis energética en una Unión Europea (UE) que se prepara para enfrentar a finales de año el invierno boreal con menos gas ruso.
Rusia afirmó este lunes que el cese del suministro de gas ruso hacia Alemania, a través de Nord Stream era responsabilidad únicamente de Occidente, porque sus sanciones impuestas por la guerra en Ucrania impiden el mantenimiento de las infraestructuras gasíferas.
Antes de la invasión rusa de Ucrania, Nord Stream suministraba un tercio de los 153.000 millones de m3 de gas que la UE compra anualmente. Alemania --la primera economía del bloque y una potencia industrial-- exporta a continuación al resto del continente parte de estos volúmenes.
Para compensar la caída o incluso el fin del gas ruso, los europeos se esfuerzan en buscar otros exportadores y en reducir su consumo, en un contexto de aumento de precios de la energía y temores de recesión. El corte del gas ruso costaría a Francia un punto de su crecimiento, según París.
Y se multiplican los llamados a la "solidaridad europea". París, menos dependiente de Rusia y que cuenta ya con unas reservas de gas al 93%, se comprometió así a ayudar a Alemania, cuyas importaciones de gas ruso en febrero alcanzaban todavía el 55%.
Para paliar la falta de gas en Europa central, España propone resucitar el proyecto de gasoducto Midcat, lanzado en 2013 y abandonado en 2019 por su impacto ambiental y su entonces escaso interés económico, recabando incluso el apoyo de Berlín.
Sin embargo, el apoyo de Francia es clave, porque por su territorio pasaría la interconexión, y las declaraciones de Macron representaron en este sentido un jarro de agua fría, al cuestionar su necesidad y asegurar que las dos existentes entre ambos países no funcionan a pleno rendimiento.
"No estoy convencido de que necesitemos más interconexiones gasísticas [entre Francia y España], cuyas consecuencias, especialmente en el medio ambiente y los ecosistemas, son muy importantes", aseguró el presidente francés, quien abogó en cambio por completar la interconexión eléctrica.
- Problemas nucleares -
La crisis energética se traduce por su parte en Francia en temores de eventuales cortes de electricidad, máxime cuando sus centrales nucleares, que representan casi el 70% de su producción enfrentan problemas de corrosión que forzaron la suspensión de 32 de los 56 reactores.
Además de la solidaridad europea, especialmente con Alemania, el gobierno francés aboga por las reservas de gas y por el ahorro de energía para enfrentar un eventual invierno frío, pero no descarta un eventual racionamiento o cortes de electricidad si sus llamados a ahorrar no funcionan.
"Si sabemos colectivamente comportarnos de manera más sobria y ahorrar energía en todas partes, entonces no habrá racionamiento ni cortes", reiteró el jefe de Estado, que fijó como objetivo un "10% de ahorro de energía" respecto a un período sin crisis.
Las cadenas de supermercados y de distribución ya se comprometieron a apagar los carteles luminosos durante la noche, muchos comercios están obligados a mantener las puertas cerradas si tienen el aire acondicionado puesto y los franceses están llamados a moderar el uso de estos.
Otra de las consecuencias de la crisis es el aumento del precio de la electricidad porque, independientemente de su modo de producción, estos están vinculados a la cotización del gas que alcanzó niveles históricos desde la invasión rusa de Ucrania.
El presidente francés se dijo favorable a imponer a las empresas energéticas un "mecanismo de contribución" a nivel europeo por los beneficios que obtienen de la situación, cuando en su país aumenta la presión para gravar estos "superbeneficios".
(K.Lüdke--BBZ)