Los tres protagonistas de las elecciones en Suecia
La primera ministra saliente, la socialdemócrata Magdalena Andersson, el dirigente de la oposición conservadora Ulf Kristersson y el líder de la extrema derecha Jimmie Åkesson son los tres grandes protagonistas de las elecciones legislativas del domingo en Suecia.
"Magda" Andersson, una "buldócer" para mantener a la izquierda en el poder
Primera mujer al frente del gobierno sueco, Magdalena Andersson, de 55 años, llegó al cargo en noviembre con el objetivo de enderezar su partido antes de las elecciones y liderar una candidatura histórica de su país en la OTAN.
Desgastados después de siete años de gobierno de su predecesor Stefan Löfven, los socialdemócratas recuperaron el pulso.
La antigua campeona de natación, casada y madre de dos hijos, llegó al poder con el apodo de "buldócer" por su estilo directo, incluso cortante, cuando era ministra de Finanzas (2014-2021), algo chocante en un país de consensos.
Dubitativa al principio, apostó finalmente por pedir la entrada de Suecia a la OTAN semanas después de la invasión de Ucrania por Rusia, rompiendo con la línea histórica de los socialdemócratas y con dos siglos de no alineamiento militar del país escandinavo.
"Ha conseguido mantener, incluso reforzar, la posición del partido y el respaldo de los electores", apunta el politólogo Ulf Bjereld.
"Nuestra Suecia puede hacerlo mejor" es el eslogan de Andersson, que hace campaña defendiendo el estado del bienestar, un tótem para los socialdemócratas, pero endureció la línea del partido sobre la inmigración.
"La integración ha fracasado", soltó tras unos disturbios entre jóvenes migrantes y la policía en abril.
En caso de derrota, será la jefa de gobierno con el mandato más corto desde 1936.
En la escena internacional, su carpeta más espinosa fue negociar con Turquía, que amenaza con bloquear la adhesión de Suecia a la OTAN acusando al país nórdico de ser refugio para "terroristas" kurdos.
A finales de junio se levantó un primer obstáculo, pero Ankara todavía debe ratificar la entrada de Suecia a la alianza.
Ulf Kristersson, el conservador que tendió la mano a la extrema derecha
A sus 58 años, Ulf Kristersson quiere terminar con ocho años de poder de la izquierda y para ello no dudó en acercarse a la extrema derecha, una alianza inaudita cuyo éxito todavía está por verse.
Pequeñas gafas redondas y físico de peso pluma, el jefe del partido conservador de los Moderados aspira por segunda vez a dirigir el gobierno.
En las ajustadas elecciones de 2018, a este antiguo gimnasta no le salió el número de equilibrista de asegurarse el apoyo de los nacionalistas de Demócratas de Suecia (SD) y de pequeños partidos de centroderecha, aliados históricos de su formación.
Un año después se dijo dispuesto por primera vez a negociar con el SD y desde entonces la relación se hizo más profunda.
Sus detractores, como la dirigente del partido centrista Annie Lööf, lo acusan de pactar con el diablo y subrayan sus promesas pasadas de nunca colaborar con la extrema derecha.
Licenciado en Economía y fanático de Tintín, este defensor de recortar y controlar las prestaciones sociales está casado y es padre de tres hijas adoptadas en China.
Según los analistas, un nuevo fracaso en la carrera hacia el gobierno le puede costar el liderazgo del partido.
Jimmie Åkesson, el nacionalista que civilizó a la extrema derecha sueca
Tras 17 años al frente de Demócratas de Suecia (SD), Jimmie Åkesson convirtió a este partido de ultraderecha y ultraminoritario en un actor indispensable para que la derecha pueda gobernar tras las elecciones del domingo.
Moreno, con gafas, peinado impecable, barba bien recortada y prominente dentadura, este hombre de 43 años cultiva la imagen de un sueco normal, prescindiendo de la corbata si es necesario.
La imagen contribuye a una estrategia política para transformar un partido heredero de un grupo neonazi, la organización "Bevara Sverige Svensk" (Conservemos la Suecia sueca), en un nacionalismo bonachón con una flor azul y amarilla como logo.
"Quiere dar la imagen de una persona ordinaria (...) que asa salchichas, va de viaje a las islas Canarias en vuelo chárter y habla de manera ordinaria", de "un vecino que vive en una urbanización asequible en una pequeña ciudad", dice a AFP Jonas Hinnfors, profesor de ciencias políticas en la universidad de Gotemburgo.
Su formación capta a electores conservadores pero también socialdemócratas, especialmente hombres de clase obrera, y podría forjar por primera vez una coalición parlamentaria con la derecha tradicional.
A medida que crecía su importancia en la política sueca, la formación limó su discurso como han hecho otras formaciones nacionalistas en Europa.
Ahora evita sus postulados más controvertidos, como cuando Åkesson dijo que los musulmanes eran "la mayor amenaza extranjera desde la Segunda Guerra Mundial" o cuando propuso salir de la Unión Europea.
Legitimado por el éxito de su partido, este hombre del sur de Suecia, feudo del SD, separado y con un hijo, reconoció en 2014 problemas de adicción al juego y luego paró seis meses por exceso de trabajo.
(T.Burkhard--BBZ)