"Escuelas libres", un negocio polémico en el centro del debate de las elecciones en Suecia
El negocio controvertido de las escuelas privadas -la gran mayoría pertenecen a empresas, obtienen beneficios y pagan dividendos- está en el centro de los debates de las elecciones del domingo en Suecia, pionera y campeona del mundo en la materia.
En Jarfalla, en las afueras de Estocolmo, los locales de la escuela secundaria Drottning Blanka, del grupo AcadeMedia, se parecen más a un piso de oficinas que a una vieja escuela de ladrillos con patio de recreo y gimnasio contiguo.
Como muchas otras "friskolor" ("escuelas libres") -un modelo de inspiración liberal desarrollado en Suecia a principios de los años 1990- el establecimiento no tiene un edificio propio y se instaló hace veinte años en un inmueble comercial.
Nacidos para defender la diversidad pedagógica frente a una escuela pública considerada como demasiado monolítica, estos establecimientos tuvieron un desarrollo continuo en los últimos 30 años.
Casi uno de cada cinco alumnos en Suecia está escolarizado en una de las 3.900 escuelas primarias y secundarias "libres".
Según las cifras oficiales, aproximadamente tres cuartas partes de ellas pertenecen a una sociedad anónima y tienen fines de lucro.
Se benefician del estado que, so pretexto de garantizar el acceso a todos los niños y no solo a los de familias ricas, paga el 100% de los gastos de escolaridad.
Esta subvención da lugar a fuertes críticas de quienes consideran inaceptable que el dinero del contribuyente destinado a la educación pueda acabar en el bolsillo de accionistas privados.
"El dinero de los impuestos debe regresar a la escuela, no a las ganancias de las empresas", afirmó la primera ministra socialdemócrata Magdalena Andersson anunciando en julio su voluntad de impedir el pago de dividendos.
"La búsqueda del beneficio en la escuela sueca debe cesar", señaló Andersson, que busca un tercer mandato para la izquierda en las elecciones del domingo.
La ley de las "escuelas libres" fue adoptada por un gobierno de derecha en 1992 y confirmado por los diferentes gobiernos desde entonces.
La ley dio origen a grupos privados, que a veces cotizan en Bolsa. Entre ellos, AcadeMedia, el más grande, supera los 1.000 millones de dólares de facturación.
En plena campaña electoral, este último acaba de anunciar el pago de un dividendo de 185 millones de coronas (unos 17 millones de dólares), correspondiente a una gran cuarta parte de sus beneficios.
En la escuela secundaria de Jarfalla, la directora, Pía Johansson, tiene un objetivo de margen del 6% fijado por su casa matriz, Drottning Blanka AB ("sociedad anónima"), que explota 27 establecimientos privados en 23 municipios del país.
No cree que sea una buena idea querer parar la retribución de los accionistas. "Invierten dinero. Es natural que quieran tener algún tipo de beneficio pero... quizás limitado", comenta.
- Mayoría contra -
Un argumento retomado por el líder de la oposición de derecha, Ulf Kristersson, que ambiciona convertirse en primer ministro con el apoyo de la extrema derecha.
"Siempre dije que los dividendos de los grupos escolares bien gestionados no son un problema para Suecia. Estoy mucho más preocupado por las malas escuelas públicas", estimó después del anuncio de los dividendos de AcadeMedia.
Sin embargo, su partido defiende un mayor control de los dividendos cuando las empresas escolares "se comportan mal".
La extrema derecha de los Demócratas de Suecia (SD) hace campaña contra las "escuelas libres" confesionales, acusadas de favorecer el extremismo islamista.
Según las encuestas, una gran mayoría de suecos está a favor de restringir el derecho a obtener beneficios.
El gobierno de Magdalena Andersson encargó a principios de julio a un experto que aportara de aquí a 2024 propuestas para prohibir los dividendos en la escuela.
Uno de los puntos más difíciles sería que un retroceso podría traducirse en indemnizaciones muy costosas para los accionistas de las escuelas.
Los detractores del sistema lo acusan de presionar para ahorrar en todos los sentidos a fin de maximizar sus beneficios, de otorgar a los estudiantes notas injustamente altas para seguir atrayendo "clientes" y de resultados mediocres.
Pero para Marcus Stromberg, presidente de AcadeMedia, "el beneficio es una seguridad para los estudiantes", ya que un superávit presupuestario permite invertir y desarrollar la actividad de un grupo escolar.
Además, el beneficio "crea más plazas", dice a la AFP.
(S.G.Stein--BBZ)