Suecia va a las urnas con la ultraderecha en un papel clave
Los suecos acuden este domingo a las urnas para decidir si se convierten en otro país europeo con un gobierno apoyado por la ultraderecha o si conceden un tercer mandato a la izquierda, tras una campaña dominada por los temas de la criminalidad y la inflación.
La derecha tradicional no había encarado nunca hasta estas legislativas llegar al poder con el apoyo directo o indirecto de los Demócratas de Suecia (SD), una formación nacionalista y antiinmigración, que según los sondeos llegará en segunda posición. Es decir, como primera fuerza en la derecha.
La primera ministra saliente, la socialdemócrata Magdalena Andersson, espera mantenerse en el cargo por un mandato de cuatro años, aliándose con partidos verdes y de izquierda.
La campaña estuvo dominada por temas en principio favorables a la oposición de derecha, como la criminalidad, los problemas de integración de los migrantes y la disparada del precio de la energía.
La popularidad de Andersson, con un índice de confianza superior al de su adversario conservador Ulf Kristersson, así como el temor de los electores centristas de ver a la ultraderecha en las esferas del poder, podrían inclinar la balanza a favor de la izquierda.
Las cinco encuestadoras del país dan una ligera ventaja al campo rojo-verde, pero dentro de los márgenes de error.
- Codo a codo -
Según los últimos sondeos, el bloque dirigido por los socialdemócratas, primer partido de Suecia desde lo años 1930, obtendría entre 49,6% y 51,6%.
La constelación de partidos de derecha --formada por el SD, el partido de los Moderados (conservador), los demócratas cristianos y el partido liberal-- lograría de 47,6% a 49,4%.
"Es una carrera muy apretada", admitió Andersson el sábado en el último acto de campaña.
"Claro que estoy preocupada de que un gobierno dependa completamente de los Demócratas de Suecia como primer partido de gobierno o primer apoyo (...) Tendríamos una Suecia distinta durante cuatro años", añadió.
En las dos últimas semanas de campaña, los SD, liderados por quinto año consecutivo por Jimmie Åkesson, superaron a los Moderados en los sondeos, en torno al 19-21%. En 2018, su porcentaje récord alcanzó 17,5%.
El cargo de primer ministro en Suecia recae tradicionalmente en el primer partido de la alianza ganadora, pero las formaciones de la derecha tradicional son hostiles a tener ministros del SD, y menos aún a dejarles la jefatura del gobierno.
A la izquierda, la formación del futuro ejecutivo también sigue generando dudas. Además, el partido izquierda prefiere que el de centro no ejerza demasiada influencia, y viceversa.
Según los politólogos, es poco probable que se produzca una crisis política similar a la que siguió a las elecciones de 2018 --cuatro meses para formar gobierno--, ya que esta vez los bandos están mejor delimitados.
- 349 escaños -
Una victoria de la derecha apoyada por los ultraderechistas abriría una nueva era política para Suecia, que debe asumir la presidencia rotatoria de la Unión Europea el 1 de enero y finalizar su candidatura histórica a la OTAN.
Una nueva victoria de la izquierda, en cambio, socavaría la estrategia de acercamiento de la derecha con los SD, que terminarían sin mucha fuerza en la oposición.
Hay 349 escaños en juego en un sistema de representación proporcional, en el que sólo los partidos con más del 4% obtienen representación.
Si tiene 175 votos en contra, un primer ministro no puede ser investido, pero no es necesario tener una mayoría absoluta de votos a favor.
Se espera que unos 7,5 millones de electores --de 10,3 millones de habitantes-- acudan a votar, aunque la votación ya empezó con el voto anticipado.
Los colegios electorales abrieron a las 08H00 locales (06H00 GMT) y cerrarán a las 20H00, cuando se esperan dos sondeos a pie de urna. Los resultados parciales más fiables deberían estar disponibles dos horas después.
(H.Schneide--BBZ)